En la cena de la Delegación de Peñas, Muñiz comprobó que la afición está orgullosa de su equipo. Fue el más ovacionado en agradecimiento a un inicio para soñar (10 puntos de 12 y liderato). Esa era la primera premisa en su ideario, generar un sentimiento de pertenencia, y a ellos sí que les da licencia para disfrutar. Al vestuario le insiste en el repetitivo «partido a partido» como una única vía para que la sonrisa no desaparezca en este interminable campeonato. El técnico no quiere subirse a la ola de la euforia e intenta por todos los medios que el vestuario tenga los pies en el suelo. Es fiel a sus postulados, que han calado entre sus discípulos. En su mente solamente hay espacio para desmenuzar la jornada inmediata: «Hay que ir partido a partido, analizando el próximo encuentro e ir tirando poco a poco, manteniendo esta dinámica. Sé que el equipo va a dar el nivel, va a dar la cara al margen del resultado, no va a escatimar esfuerzos en los noventa minutos porque cuando no rindes a ese nivel tienes problemas».

Ese aspecto es innegociable para Muñiz, que no piensa, o al menos así lo manifiesta, en las rotaciones pese a la próxima jornada intersemanal ante el Sevilla Atlético. «Vamos a competir en Córdoba al máximo nivel, no vamos a pensar en lo que puede ocurrir el miércoles (20 horas). Hay que combatir y luego ya nos sentaremos para valorar lo que sucederá en el partido siguiente», destaca el asturiano. Es evidente que el aroma que desprende el actual Levante después de un convincente arranque en la competición invita a enfatizar todavía más en los aciertos en la confección del proyecto, mesurando la desbordada alegría para no perder la humildad. «El juego, los resultados y las sensaciones son buenas, lo importante es hacer una racha prolongada. Para llegar a esto hay que mantener este camino», considera.

Capotazo a Álex Remiro

Muñiz augura un duelo empedrado ante «un rival que aspira a estar lo más arriba de la clasificación» y cree que todavía «es muy pronto para hablar de golpes encima de la mesa, aunque reconoció que otro triunfo en el aspecto moral «sería un refuerzo» para el trabajo y el fútbol realizado por los suyos. Con este panorama de fiabilidad y de no mirar más allá que al duelo ante el conjunto de Oltra, Muñiz dará continuidad al once inicial. Quizás el error de Remiro en la segunda falta de Lanzarote pudiera generar dudas en la portería, pero el técnico cerró filas alrededor del guardameta navarro. «Habrá momentos para todos, pero no habrá debate ni cuando juegue el uno ni el otro, los dos tienen capacidad. Podemos diferir en la opinión de si falló por arriesgar o por ayudar o si no falló. Eso se puede dar en un partido y enfrente tenía un gran lanzador (Lanzarote). Son situaciones que no considero como fallo, es un buen lanzamiento y él estaba dispuesto a ayudar en una salida en el juego aéreo», desgranó Muñiz.

A vueltas con la dificultad que pudiera entrañar mantener enchufados a los menos habituales, ahora sin los minutos que ofrecería la Copa del Rey, insistió en su mensaje de que nadie baje el pistón. Hay jerarquías y están claramente definidas. «Los que no juegan son conscientes de que la plantilla es amplia y muy compensada. Están mentalizados de que tener un buen nivel es estar bien en los entrenamientos. Hay que trabajar bien para no escuchar luego lo de ‘me han faltado minutos’», explicó.