16 puntos de 21, líderes en solitario y los 23 jugadores utilizados. Muñiz consiguió en el Martínez Valero varios propósitos: ganar fuera de casa tras atar un punto de los últimos seis entre Tarragona (1-1) y Córdoba (1-0), que toda la plantilla sienta que puede ser partícipe y también dosificó a los primeros espadas. Fue novedad la presencia de Róber Pier e Iván López, inéditos en Liga hasta el momento junto a Víctor Casadesús, que entró en la recta final, y a su vez que Espinosa, Morales y Roger fueran sustituidos.

En siete jornadas, con más o menos minutos de importancia, el técnico asturiano ha demostrado que su mensaje de que en su Levante no hay titulares y suplentes por decreto no es de cara a la galería. Es un equipo visible, reconocible, armado, sólido, muy fiable, que sabe sufrir, pero que, como único borrón, se ha frenado de cara a gol tras la borrachera contra el Zaragoza.

En las últimas tres jornadas en siete días, Muñiz ha removido su apuesta para dosificar esfuerzos, pero sin minimizar el rendimiento. Salvo Verza y Rubén—además del tercer portero Koke que debutó en Tarragona—, han jugado el resto. 20 jugadores en total con presencia en las citas ante Córdoba, Sevilla Atlético y Elche, con tres variaciones por partido desde la derrota en terreno califal. 17 de ellos han sido titulares y 5 —Chema, Espinosa, Campaña, Morales y Roger— han hecho pleno en este aspecto.

El ‘Comandante’ estuvo entre algodones y pasó el corte, además como ‘capi’ por primera vez en Liga, cedido a Iván cuando Muñiz le relevó. «Ha sido una semana muy intensa», manifestó el madrileño, quien agradeció el cambio porque estaba acusando el desgaste de disputar 180 minutos en pocos días. «Hizo bien en cambiarme, porque no iba a poder aguantar mucho más, pero el esfuerzo ha sido bueno y el trabajo también», añadió.

Por encima de los resultados, inclusive de la victoria con el sello de Campaña, el Levante es consciente de que hay que ponerse el mono de faena para que el papel de candidato al ascenso, de rival a batir, se traduzca en puntos como así está pasando. De ahí la necesidad de que todos estén enchufados. «Cuando haces una convocatoria es complicado porque queda fuera gente que podría incluso jugar», exponía Muñiz en la previa del Martínez Valero. Bendito problema, aunque con ‘damnificados’.

En Elx sorprendió que no viajaran Verza ni Rafael Martins. La competencia en la medular volvió a cerrarle las puertas al ‘7’ una jornada más. Esta vez en una semana marcada por la conversación que mantuvo con el entrenador. Como el propio Muñiz explicó, el propósito era que Verza no se desconectara en lo anímico, que le llegará la oportunidad e insistió en que es un «profesional intachable». Al delantero brasileño le descolocó verse fuera de una convocatoria por primera vez. Contra el Sevilla Atlético iba a ser el último cambio si Postigo no se hubiera lesionado. Un toque de atención o simplemente que la competitividad de la plantilla, con dos por puesto sin apenas fisuras, pone en un aprieto al cuerpo técnico jornada tras jornada.

Dos partidos sin encajar gol

Muñiz ha dado la alternativa a los tres porteros. Ahora está jugando Raúl Fernández, que ha dejado su guarida a cero en sus dos presencias. Ha irrumpido con fuerza, aunque también le ha ayudado la capacidad defensiva grupal. No solamente el Levante es un equipo dominador sino que ha aprendido a sufrir. En el polo opuesto está Remiro. Como sucede con Verza, Muñiz no quiere que se venga abajo para no perderlo en lo anímico. Aunque es evidente que le escuece que haya cedido el ‘1’ a Raúl. «Tenemos la suerte de tener dos buenos porteros y hay que disfrutarlo. A partir de ahí hay que ir analizando cada situación. Deben trabajar al máximo nivel para generar competencia», repite el entrenador.