El Levante ha demostrado que sabe sufrir y ahora la premisa para la cita ante el Valladolid es dar un paso más en ataque, mejorar la efectividad. De ahí que en el entrenamiento sometiera a los '9' a un bombardeo. Sobre todo en el último ejercicio: un 'desafío' entre Roger y Rafael. 15 remates cada uno tras centros laterales del propio Muñiz que debían culminar en gol con un máximo de dos toques. Un cara a cara —con mayor puntería del brasileño— ante la mirada de sus compañeros de perfil ofensivo, que antes también tuvieron, aunque sin tanta insistencia, sus dosis de exigencia ante Raúl Fernández, Remiro y Koke. Uno de ellos, Espinosa, acabó desesperado porque sus remates se estampaban una y otra vez contra el palo. "Hay que marcar goles", se le escuchaba al técnico asturiano, en plena actividad en la antepenúltima sesión de la semana.

Pedro López se ejercitó al margen después de retirarse con antelación a la conclusión de la matinal por un mal gesto que le provocó unas molestias en el adductor de su pierna derecha. En la sala médica del Ciutat se sometió a un nuevo control de imagen ecográfico que ratificó el escaso alcance de este contratiempo. El que sigue en la enfermería es Rubén García.