Libre tras haber finalizado su contrato con el Mirandés, Raúl Fernández era uno de los atractivos entre palos en el pasado mercado de fichajes. En Anduva encontró ese crecimiento profesional que en Valladolid, donde solamente jugó un encuentro, se le negó. Solamente Serantes, que disputó los 42 partidos con el ascendido Leganés, además de Nauzet Pérez (Osasuna) y Manolo Reina (Nàstic), dos de los cuatro de la promoción de ascenso a Primera, sumaron más minutos que el ahora guardameta titular de Muñiz. Junto a los 41 encuentros de Liga (3616 minutos y 55 goles encajados), Raúl fue también indiscutible en la exitosa participación copera, donde el Mirandés llegó hasta los cuartos de final ante el Sevilla, que acabaría siendo subcampeón. En menos de una hora, el Levante anunció las salidas de Mariño y Rubén Martínez y los fichajes de Remiro y Raúl. En el caso del arquero vasco en propiedad, por dos temporadas, y tras haber rechazado a varios clubes de la ahora Liga 1|2|3, entre ellos el Real Mallorca de Robert Sarver, próximo adversario.

«Venía con la moral alta de la temporada pasada, con la ilusión de seguir creciendo como profesional, de haber hecho una buena campaña y el Levante era un sitio magnífico en todos los aspectos, porque se respira un ambiente de equipo grande, fuerte en la categoría. En este club quieren estar muchos jugadores», argumentó Raúl a SUPER en la antesala de su reencuentro con el Valladolid de la octava jornada. Formado en las categorías inferiores del Athletic, el ´1´ tuvo opciones para elegir después de salir reforzado de Miranda de Ebro. El Girona preguntó por él, pero se decidió por René, ex del Llagostera, para sustituir a Isaac Becerra, uno de los que también gustaba en Orriols, pero que a principios de enero ya lo tenía hecho con el Valladolid por tres temporadas. El Zaragoza recibió calabazas de Raúl y la pelea definitiva se redujo a un mano a mano entre Levante y Mallorca. Y el guardameta vasco no lo dudó y apostó por el proyecto de Tito y Carmelo. Hasta incluso descartó una propuesta de Primera del Leganés. Su sueño es afianzarse en la máxima categoría de granota.

Para subsanar el fichaje frustrado del arquero de Orriols, los baleares incorporaron al navarro Roberto Santamaría, de 31 años, formado en la cantera de Osasuna y uno de los pocos que se salvaron del descenso de categoría de la Ponferradina, donde militó en dos etapas. En Palma compite por el puesto con Jesús Cabrero, que días antes de renovó por una temporada. El Mallorca es uno de los equipos menos goleados de la categoría (6), los mismos que el Oviedo y solamente superado por el Reus (5).

Una lesión en el glúteo le apartó de la primera línea de fuego más tiempo del que hubiera deseado. Remiro arrancó de inicio y el momento de Raúl llegó en la eliminatoria de Copa del Rey ante el Cádiz. Hizo un sobreesfuerzo para estar en Tarragona, que Muñiz ensalzó en rueda de prensa, pero la ausencia de Remiro „la primera de las dos por la sub-21„ la solventó Koke (1-1). «A lo mejor fue el desgaste de la campaña pasada o las dobles sesiones de pretemporada, de mañana y tarde, que el glúteo lo sobrecargué y tardé un poco más en recuperarme. Lo que era una semana o dos se complicó», recordaba Raúl.

En sus dos primeras presencias en Liga ante Sevilla Atlético y Elche echó el cerrojo. Contra el Valladolid en Orriols, una jornada desafortunada truncó su imbatibilidad y en la recta final tampoco pudo hacer nada al gol de Iban Salvador. El encuentro de su confirmación llegó en Almería. El Levante se movía a impulsos y el que sostuvo al equipo fue Raúl, que a lo largo de los 90 y pico minutos hizo justicia a aquello de que no sabes por dónde metérsela. Primero se estiró hasta la escuadra para blocar un cabezazo de Joaquín, a la media hora es cierto que se le apareció la virgen en forma de poste tras una acción en la que Postigo midió mal y hubo dos dejadas de tacón con la defensa totalmente patas arriba, y antes del definitivo 2-2 se lució ante el bigoleador Quique González.