El actual periodo de bonanza deportiva (con el equipo que entrena Muñiz liderando con solvencia LaLiga 1|2|3) no ha paralizado ni desviado la atención del club de una de sus prioridades institucionales, que no es otra que el futuro cambio de Ciudad Deportiva: de Buñol a Nazaret. Con sigilo, como sucedía hasta que el alcalde, Joan Ribó, la hizo pública, en Orriols siguen trabajando para formalizar todos los detalles de la megaoperación a cuatro bandas; el acuerdo está en condiciones de formalizarse, a expensas únicamente de que la Autoridad Portuaria de València y el Levante cierren el precio y el periodo de concesión de los terrenos, propiedad de la primera.

El coste exacto del traslado dependerá del alquiler que los granotas deban pagar por el uso de los 88.000 metros cuadrados, donde tiene previsto construir siete campos de entrenamiento. Según fuentes de la negociación, este "será sensiblemente inferior" al medio millón anual del que se habló en primera instancia; los terrenos, donde se situaban hace años la aceitera de Arlesa-Moyresa y la escuela, Benimar, están siendo objeto de tasación en estos momentos por parte de un organismo estatal. El dictamen definitivo de este, previsto para las próximas semanas, desencadenará ya en la cascada de trámites necesarios para empezar a hacer realidad la nueva ciudad deportiva azulgrana. El objetivo de todas las partes es que esta empiece a funcionar en 2019.

El Levante calcula un desembolso total cercano a los 10 millones por la operación. La mayoría de ellos, destinados lógicamente a la construcción y la puesta en funcionamiento de las instalaciones. Una vez fijadas previamente las líneas maestras de la operación, el club solicitó formalmente la concesión de los terrenos a la Autoridad Portuaria, presidida por Aurelio Martínez, durante el mes de septiembre.

Ayuntamiento de València y Generalitat aguardan ya al pacto de las otras dos partes implicadas para dar luz verde a la modificación del Plan Especial de la Zona Sur. La ciudad deportiva granota se contempla como el núcleo vertebrador de la misma, ya que servirá para regenerar la zona, por lo que a estas alturas no parece probable que el proyecto no salga adelante. Este implicará la recalificación de los terrenos, en desuso y lindantes con la ZAL, para uso deportivo. La otra obra estrella de la citada actuación será la prolongación el Jardín del Turia hasta el mar.