La holgura del actual liderato es también extensible al apartado presupuestario. El Levante tiene margen económico de maniobra para reforzarse en el mercado invernal, y no de cualquier manera. Tito, que en verano se quedó lejos del tope salarial a la hora de confeccionar la plantilla, cuenta con el visto bueno del club para gastar hasta el último euro en enero si lo considera oportuno. Si hay que hacer un fichaje de campanillas se hará, con tal de que el ansiado ascenso no se escape.

El director deportivo ha peinado ya el mercado de cara a posibles incorporaciones. Tanto él como Muñiz están lógicamente satisfechos con el rendimiento del grupo (los resultados están siendo sobresalientes, no en vano), pero no quiere que cualquier situación de necesidad inesperada le pille desprevenido de aquí a un par de meses. Maneja un listado de jugadores interesantes para todas las posiciones, por si acaso se produce una lesión de gravedad, un bajón alarmante de rendimiento e incluso una salida en el mercado invernal.

La posición que mira con más atención es la de delantero, aunque por ahora no haya habido movimiento en firme alguno. Del rendimiento de Roger hablan sus números, que lo sitúan como máximo artillero de LaLiga 1|2|3, con nueve tantos; el problema es que a su sombra no han podido florecer Rafael Martins y Casadesús, cuyo participación y aportación ha sido escasa en lo que va de temporada.

El brasileño, revulsivo frente al Mallorca, recibió una nueva oferta hace unas semanas del Baniyas pero el club la rechazó porque confía en sus posibilidades. El problema es que acaba contrato en junio, no ha aceptado las propuestas de renovación y al club solo le queda enero para sacar algún beneficio económico a un jugador con un tirón indiscutible en el mercado.

Por Casadesús, que también quedará libre a final de curso, no ha llegado propuesta en firme recientemente. Está por ver si aguanta lose siete meses largos que quedan de competición con su actual rol, que es el de tercer delantero. Es por, por el indescifrable futuro de Rafael y porque está por ver si mantienen el nivel de Roger cuando este se ausente (está apercibido de sanción) por lo que Tito se ha cubierto las espaldas recabando informes de posibles sustitutos.

La cantidad exacta fluctuaría, entre otras cosas porque dependería de si es o no fruto de la salida de un miembro de la plantilla y las condiciones de la misma (vía traspaso o desvinculación). Para fichar en enero, Tito tendrá como mínimo 1,5 millones a su disposición. Una cantidad que supone el 10 por 100 del tope salarial del Levante y a la que no pueden llegar la gran mayoría de sus competidores.

El director deportivo se gastó en su primer mercado de fichajes, el del pasado verano, una cantidad similar entre todas las transferencias. Abonó medio millón por Saveljich (al que sumarían 250 mil euros más por ascenso); 600 mil por Chema; y 250 por Postigo, que serían 375 si el Levante sube a LaLiga Santander a final de curso. Si esto se produjese, además debería pagar 150.000 al Alcorcón por Muñiz, y 500 mil euros a la Sampdoria por Campaña.