La derrota en Girona confirmó el bache de resultados del líder, que a pesar de todo lo sigue siendo. ¿Qué le pasa al Levante? Es la pregunta del millón, la que los granotas se hacen en las últimas jornadas y la que los tiene preocupados. ¿Es grave o para alarmarse? Desde dentro del club y del equipo dicen que no. Y además lo hacen con rotundidad. La distancia, con un partido menos, se ha reducido a un punto sobre el segundo y a cuatro respecto a la zona de play-off, en la que el Getafe pega fuerte.

Tal y como se avisó desde el principio, el Levante no solamente estaba preparado para esta época de vacas flacas sino que incluso la tenía prevista. La apuesta de Muñiz fue por un inicio arrollador, fruto tanto de la preparación física de la pretemporada como del pico de forma con el que arrancaron la mayoría de jugadores. Bastantes de los titulares, en cambio, han bajado ahora el pistón sin que desde el banquillo, más allá de lesiones, se haya cubierto ese vacío. Respecto a las primeras jornadas, el once granota ha perdido intensidad en la presión y ya no es el que apenas dejaba respirar al rival para someterlo luego con desmarques de ruptura como le hizo al Zaragoza. Futbolistas tan importantes como Morales no acaban de encontrar la senda y otros como Espinosa han ido claramente de más a menos.

En Orriols siguen convencidos, aun así, de la fortaleza de una plantilla que en Girona demostró tener calidad suficiente para haber puntuado sin hacer un buen partido. Es un hecho, sin embargo, que la diferencia abismal en la clasificación se ha acabado volviendo en contra. Se generó la sensación de que el plantel era muy superior al resto de candidatos pese a la estrechez de los marcadores y a que las victorias fueron en gran medida a base de competir.

En el lado positivo, ése es por encima del resto el gran aval de un Levante que ha tenido opciones de sumar en todos los partidos y que salvo el último tramo en Oviedo nunca le ha perdido la cara a los partidos a nivel de juego. También es cierto, sin embargo, que los resultados habían sido muy favorables para sus intereses en el último mes. Contra el Numancia y el Atlético Sevilla se consiguieran sendas victorias reñidas, mientras que ante el Getafe el punto sumado dejó buen sabor de boca, ya que los de Bordalás fueron superiores. Era normal, por tanto, que algún día empezara a salir cruz.