Ni hoy el Alcoyano ni el Badalona en la próxima jornada son los rivales ideales para cerrar el año fuera de los puestos de descenso. Antes de la reconstrucción que se avecina en el mercado de invierno para taponar las fugas, sobre todo en la vertiente ofensiva, el Atlético Levante recibirá a uno de los equipos más en forma de la categoría, configurado para pelear a pecho descubierto por el ascenso. El Alcoyano tiene números de líder sobrado, aunque la clasificación dice que comparte esta condición con el Barça B. La necesidad obliga al filial, que es antepenúltimo, a no mirar el DNI de nadie e intentar revertir la dinámica actual de dos puntos de los últimos 12 y solamente el gol del Derbi de filiales. Después de tres derrotas seguidas por la mínima en Buñol, los granotas han encadenado seis encuentros sin perder de local, aunque solo con dos victorias.

La alarmante bipolaridad de los de Granero no es sinónimo de éxito sino de sufrimiento extremo porque aunque es el equipo que menos goles encaja del grupo III (11) también es el que menos puerta ve de toda la Segunda B (8). «Es cierto que la gran carencia del Atlético Levante es su falta de gol, pero en los cinco partidos en casa solo le han marcado un tanto», avisa Seligrat, técnico deportivista, que recupera efectivos con la vuelta del defensa Barreda y el centrocampista Jony, ausentes en Vila-real por sanción.

La semana de entrenos del filial ha estado condicionada por el primer equipo; al final, Muñiz citó a Son para el partido ante el Tenerife. Allyson y Matías, bajas por lesión.