Por mucho que un camión cisterna estuviera achicando agua a la desesperada desde las 7 de la mañana, el UCAM Murcia-Levante fue finalmente suspendido. El temporal no cesaba y la fotografía de la vieja Condomina era idéntica a la de antes de que la expedición partiera en autocar hacia Murcia o cuando la Delegación decidió cancelar el desplazamiento de aficionados por una cuestión de seguridad ante el riesgo más que evidente de que el partido fuera a suspenderse. A las 15 horas, sin pisar el terreno de juego ni vestidos de corto, el colegiado Valdés Aller y sus ayudantes vieron el desolador panorama desde el túnel de vestuario, dieron media vuelta, pero poco después analizaron el estado del tapete desde una de las esquinas del córner ante la atención de los protagonistas, sin que hiciera falta probar que el esférico rodara o no.

El terreno de juego estaba impracticable, inundado porque la lluvia no paraba de caer. Extraoficialmente, la decisión estaba tomada cuando el cuarteto arbitral hizo esta penúltima aparición, pero no se hizo oficial hasta minutos antes de las 16:00, la hora prevista para el inicio del encuentro, después de volver al césped por última vez. Era más una piscina que un terreno de juego, sobre todo desde el costado de la grada lateral hacia el centro del campo. La estampa era todavía más impactante que la del 27 de noviembre en el Ciutat. La diferencia es que en aquel Levante-Rayo cayó la mundial justo en los minutos previos al encuentro.

Antes de oficializarse la suspensión, el material deportivo de los granotas ya estaba de vuelta al autocar, ya que ni se cambiaron, como tampoco los jugadores del UCAM. Ambos equipos cumplieron con el protocolo habitual, una hora y media antes de la hora marcada ya estaban en La Condomina, conscientes de que no se iba a jugar. Algunos futbolistas como Roger y Rubén reflejaron en las redes sociales el maltrecho estado del terreno de juego. El encuentro ya se jugará a partir del año que viene, ya que el UCAM de Murcia sigue vivo en la Copa, ya que el jueves se medirá al Celta de Vigo. Y si firma la machada, enero es un mes repleto de partidos de Liga y Copa. 4, 11 ó 18 serían las opciones en enero, dependiendo de lo que suceda en la vuelta de dieciseisavos en Vigo.

"Vamos con la intención de jugar. Nuestra idea es que haya partido. No hay ningún problema, estamos mentalizados ante las condiciones que nos vamos a encontrar"

, afirmaba Muñiz tras la última sesión en el Ciutat. La expedición del líder, con 19 efectivos, partió ayer a las 17 horas en autocar con la mente en poder dar otro de efecto, en prolongar la dinámica positiva, aunque no con la certeza absoluta, rememorando el precedente del Levante-Rayo, suspendido el 27 de noviembre por un diluvio idéntico que dejó impracticable el césped.