De unas «cuentas saneadas» con superávit por séptimo ejercicio seguido al «suspenso deportivo». Polos opuestos que Quico Catalán no ocultó en su discurso. Incluso pidió perdón por el adiós a la máxima categoría en la temporada de mayor desembolso. «En el aspecto deportivo tenemos que asumir nuestro suspenso, en el año de mayor inversión en jugadores y sin producirse ni una venta. El primer equipo no consiguió el objetivo. Les tengo que pedir perdón en mi nombre y en el del resto del Consejo. Pusimos todo nuestro empeño para que no llegara esa fatídica noche del descenso en Málaga. Me sigo autoseñalando como el máximo responsable. Desde aquel día empezamos a replantear el proyecto, con nuevos perfiles para la nueva área deportiva y proyectar ese nuevo reto de cambio», expuso el presidente, quien además quiso recordar la figura de Manolo Salvador, exdirector deportivo, «el responsable de un ascenso,seis años en Primera, una clasificación para la Europa League y también el descenso, pero su trabajo siempre debe ser recordado por los éxitos».

La cara, y que no admitió discusión, fue la «credibilidad» económica, con el cumplimiento con los acreedores (durante el presente ejercicio se ha iniciado la fase de convenio en la cual se deben abonar los créditos subordinados), pese al golpe del descenso y con ello las dificultades en la tesorería. «Con este ejercicio se encadenan siete con superávit, reforzando nuestra credibilidad. Con todas nuestras equivocaciones, este club vive con la certeza de que está en el camino correcto. No ha sido fácil porque seguimos arrastrando una deuda que vamos a amortizar, que es importante para un club como el nuestro», desgranó el presidente. El beneficio del ejercicio cerrado a 30 de junio de 2016 fue de 2.226.444 euros.

La previsión era terminar el ejercicio en positivo de 5,6 kilos antes de impuestos y el principal motivo del desvío se debió, sobre todo, a los menores ingresos por televisión. El 50% se recibe de un fijo por la venta centralizada y el otro viene generado por audiencias, de ahí que estar en descenso casi de manera perpetua redujo en exceso el número de pinchazos (1,6 millones). También fue el primer ejercicio en el que no se produjeron ventas de jugadores, que se había convertido en una de las mayores fuentes de ingresos para rebajar la deuda con los acreedores. En seis temporadas (jugadores o entrenadores), el club realizó traspasos por valor de casi 30 millones de euros (29,3). Algunos de esos jugadores han seguido ofreciendo rentabilidad a posteriori.

El «suspenso deportivo» también se agrava porque el Levante 15/16 fue el de la mayor inversión desde que Quico asumiera la presidencia adquiriendo los derechos federativos de Deyverson (1,8), Trujillo (1), Mariño (300.000) y Cuero (3,2). Otro porcentaje determinante en el desvío presupuestario también vino generado por el esfuerzo realizado en el mercado de inverno, de alrededor de tres millones de euros, para tratar de evitar el descenso de categoría. Pese a esa ´bipolaridad´, la Junta, con 108,943 acciones dio el OK y también a las cuentas expuestas para el curso siguiente.

El Consejo ha presupuestado para la actual temporada 16/17 que entrarán alrededor de 27 millones de euros y que invertirá alrededor de 25,6, con un beneficio neto de 1,4. «Es un presupuesto atípico en un club de Segunda División, del perfil de los clubes que hemos descendido de categoría, ajustado a los datos que manejamos», explicó Quico. La inyección más importante es la correspondiente a la ayuda por el descenso (casi 13 millones). En cuanto a los gastos, el principal dispendio es en la plantilla deportiva con un total de 10.538.510 euros, un 70% más de lo que supuso la del último ascenso (2009/10), mientras que el personal no deportivo es superior a los tres ´kilos´ (3.141.070). Para la temporada actual, los ingresos de televisión bajan notablemente a 8,2 millones de euros. Esta ha sido la fuente de financiación que ha sostenido a un proyecto que volvió a sacar nota.

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