Entre los nombres que Tito tuvo encima de la mesa antes del cierre del mercado estuvo el de Javi Márquez. Con 30 años, el centrocampista buscaba una vía de escape del Granada pero no la encontró en Orriols. Los técnicos consideraron que no mejoraba una posición que destaca por la calidad y cantidad de recursos. Javi, que llevaba ocho años en Primera, estuvo cerca de fichar por el Oviedo y el Zaragoza, pero al final se tuvo que conformar con recibir la carta de libertad. Al estar libre ahora puede firmar por cualquier equipo. Hace un año fue noticia por el nombre que le puso a su hijo.