Por mucho que Muñiz mantenga el discurso de prudencia, la facilidad con la que el líder va sumando de tres en tres evidencia que el Levante juega en otra Liga. Está claro que los ascensos no se consiguen en febrero, pero la realidad es tan insultante que resulta complicado no mirar el calendario y marcar cuándo y contra quién el objetivo será una realidad. Ni en las victorias ni en las derrotas, la euforia envuelve de puertas para dentro. Hacia fuera, en la afición, hay licencia para disfrutar como así lo hicieron los más de 300 que se lo pasaron en grande en La Romareda. En el vestuario solamente se puede hablar de la 'batalla' inmediata porque de nada sirve elucubrar, ni hacer quinielas, ni mirar a los rivales directos o lo que suceda en otros escenarios. Los granotas llevan más de una vuelta en lo más alto de la tabla desgranando a fuego lento simplemente sus 90 y pico minutos y la recompensa ahí está: líderes sin discusión, con nueve puntos más que el segundo (Girona) y 15 sobre el tercero (Cádiz), al igual que el cuarto (Getafe).

«Quién piense que esto va a ser fácil, está hundido», manifestaba Muñiz en la sala de prensa del Nuevo Arcángel tras encajar la primera derrota de la temporada. El Córdoba es uno de los equipos que ha podido tocarle el morro al 'dictador' de LaLiga 1|2|3. Ni mucho menos ese 1-0 del 17 de septiembre se concibió como una señal de alarma, pero sí como un aviso para navegantes. El Levante había tumbado a sus rivales por aplastamiento y ante el conjunto califal, que por aquel entonces dirigía José Luis Oltra, se desfiguró, bajó a la tierra y encajó la primera bofetada del curso. Tenía que llegar. El revés nació en un saque de esquina y una acumulación de detalles por anticipación hasta la definición sin ángulo de Guille Donoso ante el ya exgranota Remiro. La reacción fue brutal: nueve jornadas sin perder, con seis victorias (Sevilla Atlético, Elche, Valladolid, Mallorca, Mirandés y Reus) y tres empates (Almería, Getafe y Cádiz). En cada paso adelante, las palabras del técnico asturiano no se han desviado ni un milímetro. «En el fútbol, el futuro no existe, únicamente el presente, hay que dar el máximo en todos los encuentros. Cada jornada nos jugamos tres puntos que no van a volver», repite en cada una de sus comparecencias públicas.

Entre tantos piropos o felicitaciones de ascenso por anticipado como la de Raúl Agné, técnico del Raúl AgnéReal Zaragoza, para el líder no hay favoritos, ni clasificación ni currículum, solamente un rival al que superar jornada tras jornada. Esa es la única verdad de la División de Plata, plagada de exequipos de Primera a los que les cuesta un mundo recuperar el terreno perdido. También el Levante tiene sus 'días tontos' como el último en terreno alfarero después de haber ganado seis partidos consecutivos y además sin encajar gol. En la que fuera su casa vio Muñiz un amago de despiste y lo cortó de raíz inmediatamente, desde la misma rueda de prensa. Hasta en tres ocasiones hablo de «la realidad de Segunda División». Sus chicos captaron el mensaje y seis de seis ante Nàstic y Zaragoza, con esa dosis de sufrimiento que ya no sorprende a nadie. «Jugamos como nunca y perdimos como todos», debieron pensar tarraconenses y maños. Es una misión casi imposible contrarrestar a un equipazo que ha sumado ocho triunfos en los últimos nueve encuentros. Los únicos que han dejado a cero al líder de LaLiga 1|2|3 han sido Girona, Oviedo, Alcorcón y el propio Córdoba; todas fuera de casa, ya que la jerarquía en el Ciutat es incuestionable: 10 victorias y dos empates ante Cádiz y Getafe. Por Orriols y con el respaldo de una afición identificada en el proyecto desde el primer instante se está gestando el ansiado regreso.

A estas alturas, solamente el Elche de Fran Escribá firmaba lo mismos 55 puntos en la temporada 2012/13, con una victoria menos (16), tres empates más (7) y dos derrotas menos (2). Los ilicitanos, que acabaron el curso con 82, gozaban entonces de una renta de 10 sobre su principal perseguidor (Almería), y 11 respecto al tercero (Alcorcón). El Real Valladolid de Pedro López de la 2006/07 y el Deportivo de la 2011/12 llevaban ahora 54 puntos. Con 51 estaban el Numancia de la 2007/08 y el Celta de la 2010/11 El Hércules de la 1995/96, el Mallorca de la 1996/97, el Atlético de Madrid de la 2001/02 y la UD Las Palmas de la 2014/15 acumulaban 50. Con el promedio actual de 2,2 puntos por encuentro, el Levante de Muñiz va camino de pulverizar todos los registros y ser el mejor de la historia, ya que se dispararía a más de 90. El récord lo tiene el Deportivo de la 11/12 con 91, desgranados en 24 triunfos, 4 empates y 9 derrotas.