Habrá quien aún se tire de los pelos en el Nuevo Arcángel: tuvieron a Juan Ramón López Muñiz en sus manos y lo dejaron escapar. El fichaje del asturiano para la temporada 15/16 estaba prácticamente cerrado, aunque la disparidad de criterios entre ambas partes a última hora abortaron la operación. El asturiano volvió al mercado y acabó fichando por el Alcorcón; el Córdoba apostó poco después por José Luis Oltra para liderar su particular ‘operación ascenso’, que no llegaría a buen puerto por bien poco.

Los contactos no trascendieron entonces, con los califales agonizando en Primera y ya pensando en reconstruir al equipo para volver de inmediato a la elite. Muñiz, a cuya puerta llamaron otros equipos, aceptaba gustoso el reto a modo de reenganche a los banquillos. Entonces llevaba cinco años sin ejercer como primer entrenador; desde su etapa como técnico del Málaga, en la 09/10, había sido segundo de Juande Ramos en el Dnipro ucraniano y permanecido los últimos meses en el paro.

Carlos González, ahora expresidente y cuestionadísimo propietario del Córdoba, le presentaba unas condiciones similares a las que el asturiano firmaría el siguiente verano (en 2016) con el Levante. Para que picara el anzuelo, además del refuerzo económico que aportaba el fondo de compensación a la plantilla, ofrecía a Muñiz no solo liderar el ascenso sino disfrutarlo al siguiente año en caso de lograrlo. Todo correcto, hasta que los califales intentaron cambiar la letra pequeña; el gijonés, hombre de palabra, no lo vio claro.

Al técnico no le importó bajar teóricamente otro escalón para entrenar al Alcorcón, a cambio de gozar allí de libertad de opinión y actuación. De su mano, los alfareros se erigieron en revelación; y un solo gol les separó de la promoción de ascenso. Por su parte, el Córdoba cumplió inicialmente su objetivo, pero no fue capaz de completar la faena y tuvo que conformarse con un segundo año en LaLiga 1|2|3. Y en esas se encuentra. Pensando más en asegurar una tercera temporada en la categoría que en el ascenso: visitará Orriols recién aterrizado en posiciones de descenso.

La deriva califal se ha acelerado con el paso de las jornadas, tras un arranque de curso más que aceptable y con el triunfo a los granotas incluido. Por el camino ha sido destituido Oltra, sustituido con muy poco éxito por Luis Miguel Carrión, quien se encontraba en el Córdoba B. Se presentará en el Ciutat en peligro de destitución, después de haber sumado solo dos puntos de los últimos 18 posibles. El equipo que dirige no ha ganado, no obstante, en lo que va de 2017.

En media vuelta, 26 puntos de distancia

La distancia entre Levante y Córdoba se ha multiplicado exponencialmente desde que ambos se vieran en la primera vuelta. Después de su triunfo, el 17 de septiembre, los andaluces estaban a dos puntos de los granotas, ya líderes; ahora su desventaja es de 28.