De todos los técnicos del casting, Juan Ramón López Muñiz fue el último con el que se reunió el Levante. En realidad desde el primer momento era el favorito, pero tocó esperar al final del play-off del Alcorcón para verse cara a cara con él. Hasta entonces fue el turno del resto de candidatos, de Luis Milla a Tevenet pasando por Sergi o Bordalás. De todos ellos sólo el último, después de su salida post-ascenso del Alavés, está entrenando, además a un rival directo como el Getafe. A los demás les ha ido bastante peor. Milla fue despedido por el Zaragoza y la misma suerte acaba de correr Tevenet en el Hércules. Sergi, por su parte, del agrado de Tito, ni siquiera ha tenido la oportunidad de sentarse este curso en un banquillo.

Mensaje de entrenador

A prueba de casting, y con una realidad en la clasificación casi insultante, Muñiz sigue fiel a su discurso y a esa necesidad de atajar cualquier signo de euforia por mucho que el ascenso esté cada vez más cerca. Tanta ese la sensación de superioridad que la afición incluso pitó al equipo en la primera parte ante el Elche. «Ya no vale con conseguir el objetivo sino cuándo se va a conseguir», afirmó Muñiz a modo de tímida queja. «Lo que se está haciendo es difícil, lleva desgaste, son muchas jornadas con buen juego y resultados, pero ese desgaste trae una recompensa. Somos conscientes de que todo el mundo se va a impacientar porque ya no vale con conseguir el objetivo sino cuándo se va a conseguir. Tenemos que olvidarnos un poco de ese ambiente, si no, ese runrún y ese nerviosismo nos puede traer agobio», advirtió el entrenador del Levante, que recordó que el buen juego «no siempre se traduce trae victorias». «Hay partidos que ves que la posesión es alarmante a favor de uno de los equipos y el que pierde es que el que la tiene. Hay que saber afrontar las alternativas de un partido», recalcó.

Muñiz ensalzó la capacidad de la plantilla para responder en las dos ausencias de Roger, un guión que espera que vuelva a darse sin Campaña, el único que había participado en todos los partidos. «Eso demuestra que la plantilla está preparada para competir, independientemente del nombre de los jugadores. Eso es importante porque te lo exige la competición, hay mucha competencia y mucho equilibrio en los partidos. Cuando haya bajas es importante tener gente de garantías y de buen nivel. Lo que importa en el equipo no es el nivel de cada futbolista sino sus características. Cada jugador tiene sus puntos fuertes e intentamos aprovecharlos, el nivel de la plantilla no baja, sigue estando intacto», señaló el técnico.

«Todo lo que sea sumar siempre es positivo, sobre todo si el empate lo haces bueno a la semana siguiente con una victoria, pero no vamos a ir a ningún partido a empatar. Todos los afrontamos con la ilusión y el esfuerzo de ganarlos», finalizaba.