El capitán Pedro López acaparó esta mañana toda la atención en el regreso a los entrenamientos en la Ciudad Deportiva. El recuerdo del impacto del golpetazo con Usero, y las escenas que se desarrollaron, todavía permanecen en el vestuario, pero sin lamentaciones y ya prácticamente en el olvido. La noche del sábado la pasó en observación en la Clínica Quirón con el fin de observar su evolución. En la mañana del domingo se sometió a un TAC, que ratificó la optimidad de su estado, antes de regresar a casa. Pedro completó una suave sesión de trabajo en el gimnasio de las instalaciones de Buñol y empezó la recuperación del traumatismo craneoencefálico que le dejó fuera de la pelea ante el colista Mirandés.

Fue el reencuentro con el grupo, aunque al margen, ya que el domingo aún no había recibido el alta hospitalaria cuando el líder llevaba a cabo la habitual sesión de regeneración. Pisó el césped unos minutos, pero para andar acompañado de Eloy Jaenada, uno de los fisioterapeutas, y luego siguió con su progresiva puesta a punto de puertas para dentro. Por la aparatosidad de la caída, a Pedro López todavía le molesta el cuello y la zona de la espalda, pero con el paso de los días se irá sintiendo mejor. Hoy empezará a trotar y con el paso de los días se irá sintiendo mejor. «Sus sensaciones serán determinantes para dictaminar su inclusión al grupo», refleja el parte médico del club.

Es prácticamente una quimera que pueda estar a disposición de Muñiz ante el Getafe. Ni su estado físico, todavía sintiendo los daños colaterales del impacto, ni la brecha de 20 puntos con el tercero clasificado (20, con el Tenerife), obligan a forzar la situación. Además hay relevos de garantías para cubrir la plaza del ´2´.