Cádiz recibió al líder con un intenso 'Viento de Levante', que se convirtió en lluvia en el último entrenamiento en la Ciudad Deportiva Bahía de Cádiz El Rosal. Por la mañana fueron los inquilinos de estas instalaciones, los chicos de Álvaro Cervera, los que ultimaron los detalles del partidazo de mañana sábado. Muñiz también concretó su apuesta por el ascenso. En algo menos de una hora, con el condicionante del tiempo, el técnico comprobó que sus 18 convocados están con hambre de dar el golpe definitivo.

El interrogante está en el pivote defensivo, donde Róber Pier está un pasito por delante de Verza y podría ser la gran novedad según lo ensayado en el entrenamiento del jueves al formar en el mismo equipo junto a Campaña, Espinosa, Jason y Morales. La plantilla regresó al cuartel general con el tiempo de sobra para ver el Oviedo-Huesca, duelo directo. Para ascender esta jornada hay que ganar en Cádiz, que no lo hagan los asturianos, que mañana sábado pierda el Getafe en casa ante el Nàstic y que el Tenerife también en su visita del domingo a Soria.

Este no es un desplazamiento cualquiera. Para que impere la máxima concentración, para que ninguno de los 18 se desvíe ni un milímetro de un camino encauzado y con la meta a pocos pasos o simplemente por superstición, ya que en las dos anteriores ocasiones con este guión de viaje se acabó sumando un triunfo ante el Real Valladolid (0-4) y un puntito en el Pizjuán frente al filial del Sevilla (1-1), Muñiz decidió cerrar filas como de si de una final se tratase.

Bastante más de 24 horas antes a la reválida en el Carranza, la expedición partió en vuelo chárter a las 11 de la mañana a Jerez de la Frontera, 'Tierra Santa', y de ahí en autocar al cuartel general en Cádiz, con Francisco Fenollosa, presidente de honor, como único miembro del Consejo, ya que el resto de los habituales, con Quico Catalán a la cabeza, se quedaron en València para respaldar al Levante Fútbol Sala y viajarán mañana.