La distancia no hace el olvido, al menos en lo que a Rafael Martins se refiere. Fue el brasileño uno de los primeros en felicitar el pasado sábado al Levante a través de las redes sociales, y también, por contrato, va a ser uno de los ‘paganos’ involuntarios de los fastos del ascenso: el club cobrará 100 mil euros del Vitória de Guimaraes, donde juega actualmente, como compensación por su salida en enero en función de objetivos. Concretamente, por la clasificación del conjunto portugués, que ya es matemática, para la próxima edición de la Europa League.

Este no es el único pago diferido que contempla el acuerdo de desvinculación a coste cero del punta, quien optó en enero por regresar a Portugal (donde había triunfado en sus dos etapas anteriores). Si el equipo de Rafael hubiera obtenido un billete para la Liga de Campeones, la recompensa para los granotas hubiera ascendido a 150 mil euros. Además, y aún más importante, el Levante se guarda un porcentaje de los derechos económicos del futbolista de cara a un traspaso futuro.

Una temporada histórica

Un problema muscular ha frenado en las últimas semanas al brasileño, quien había marcado en las dos jornadas ligueras previas a la misma de forma consecutiva. El ariete se lesionó en la vuelta de las semifinales de Copa de Portugal, en las que su equipo se clasificó para la final. El Vitória de Guimaraes luchará el 28 de mayo por su segundo título en la citada competición, aunque antes, ya con Rafael de vuelta, deberá cerrar su exitosa participación liguera: con nueve por disputarse, está a tres de superar su récord histórico de puntos y a uno de amarrar el cuarto puesto.

Los blanquinegros incorporaron al entonces levantinista para suplir la marcha de Soares a Oporto y reforzar sus aspiraciones de clasificación para las competiciones europeas después de su ausencia esta campaña. A día de hoy, el Vitória es cuarto, con ocho puntos de desventaja que el tercero, el Sporting Club de Portugal (que jugaría la previa de la Liga de Campeones); y ocho de renta sobre el quinto, el Braga, su rival histórico y mejor clasificado habitualmente en los últimos años que los ‘Conquistadores’.

Jugador con plusvalía

A nivel económico, Rafael ha acabado reportando una plusvalía a la entidad de Orriols. A esta llegó en 2014 a coste cero, a cambio de quedarse con la mitad de sus derechos, después de haber puesto de su bolsillo un millón de euros para pagar su libertad al Audax de Sao Paulo. Sus problemas físicos iniciales y la falta de confianza posterior de Alcaraz le impedirían tener continuidad esa temporada, tras la cual se marcharía un año a préstamo al Moreirense.

Después de batir el récord anotador del modesto club luso (20 goles), y con ofertas de varias ligas sobre la mesa, Rafael regresó el pasado verano al Levante. Muñiz apostó por él antes que por Deyverson, pero el sobresaliente acierto de Roger terminó por relegarle a un papel secundario en el proyecto del ascenso. A seis meses vista de la finalización de su contrato, y después de que hubiera rechazado una propuesta de renovación, el club accedió a su salida en el mercado invernal. Lo hizo una vez tuvo amarrado a su sustituto, Juan Muñoz, y negociadas varias variables en su salida.

Juan Muñoz, pagado

El acuerdo de cesión del utrerano hasta final de curso conllevaba el pago de una penalización por parte del Levante, en el caso de que el delantero no alcanzase un mínimo de titularidades. Va a ser el caso, por mucho que el técnico le brinde oportunidades en las seis jornadas restantes, aunque los 100 mil euros a ingresar por Rafael permitirían costear esa cantidad e incluso dejar un pequeño beneficio. Hasta ahora, Juan Muñoz solo ha jugado de inicio (y marcado) ante el Elche.