Tenía firmada una temporada más con el ascenso. Sin embargo, este pasado viernes se hizo oficial el acuerdo para convertirla en dos. «Sabía que al final íbamos a llegar», dice Juan Ramón López Muñiz, un entrenador que durante la temporada siempre tiró balones fuera respecto a su futuro en el Levante UD pero que ahora no ha jugado al gato y al ratón para renovar: «Por mi forma de ser, no me gusta vender burras».

—Míster, enhorabuena por su renovación, aunque ni el club ni usted le han dado demasiada importancia y estando cerrada desde hace días esperaron al viernes para anunciarla.

—Sabía que al final íbamos a llegar. Faltaba saber quién lo anunciaba primero. Pero no había ningún problema. Es como la mili, que hay un camino reglamentario y lo tenía que comunicar el club.

—Durante la temporada, cada vez que se le preguntaba por su futuro, tiraba balones fuera. ¿Por qué?

—El entrenador es una parte más del equipo que toma decisiones. Dentro del equipo hay más problemas que el suyo. No debe ir por delante, es uno más. Si se pueden arreglar cosas de vestuario antes es mejor. El entrenador habla todos los días con el presidente y lo mío era lo último. Lo tenía todo establecido: un año más con el ascenso. No tenía esa prisa. Y luego yo puedo decir que sigo, pero hay otra parte que puede estar pensando otra cosa. Cuando hay un contrato hay dos partes y no puede una decantarse.

—Usted no ha jugado al gato y al ratón y también es cierto que el club ha confiado en darle otro año sin esperarse a ver qué tal le va en Primera. Ha sido todo bastante sui géneris.

—Por dentro ha sido igual que por fuera. La relación con el presidente es diaria y cordial. Estoy muy agradecido a que pongan en mis manos el proyecto de Primera. Por mi forma de ver todo no me gusta vender burras. Me gusta ser una persona sincera. Digo la verdad y lo que pienso, si no no hablo. No me gusta vender cosas que no se pueden conseguir. Hay que ser respetuoso, agradecido y humilde. Tengo mi forma de actuar y espero mantenerla hasta el final de mi vida. Para mí el trabajo es ilusión, ganas, ser ambicioso y no vender nada que no puedas conseguir.

—Lo de hablar tan claro y, sin embargo, no montar ni un incendio, ¿le viene de serie o lo ha aprendido?

—Lo que sí que intento es que seamos personas que trabajan para una empresa, ¿cómo podemos colaborar? Con trabajo, sinceridad y honradez. Cuando hay un problema hay que abordarlo y tomar las decisiones oportunas. Hemos tenido un vestuario increíble. Ha habido un grupo humano extraordinario. Eso es la base más fuerte para conseguir los objetivos y no lo queremos perder. Luego ya empieza el nivel profesional, pero sin lo personal no consigues nada.

—Sólo ha faltado la guinda de Roger como máximo goleador... ¡Increíble!

—Sin duda es un punto a destacar que el equipo siguiera compitiendo bien con el objetivo cumplido. Ha sido una temporada redonda en la que todo ha salido bien desde el principio. Siempre se vio la unión del vestuario y las ganas de conseguir cosas tanto para el club como individualmente. Pero aquí siempre priman los objetivos de equipo.

—Y ahora, ¿qué? ¿Hay que cargarse el grupo para competir en Primera?

—Que hubiese unión dentro era importantísimo para que se trasladara fuera. Así que si se quiere hacer alguna incorporación, hay un nivel muy alto que hay que superar. Este equipo está muy hecho ya.

—Pero, si se construyó un equipo nuevo para Segunda, ¿hay que hacer por esa lógica otro para Primera?

—Fundamental, eso es así... Tenemos que preparar el mejor equipo posible para competir en esa categoría. Hay ya una base muy buena para empezar el trabajo de pretemporada en julio. Sabemos qué jugadores hay que traer y de qué nivel porque al resto ya los tenemos aquí.

—En el club confían tanto en usted que el listón se lo ponen muy alto...

—Estoy agradecido, pero hay que demostrar cada día que sigues evolucionando. No te puedes estancar. Hay que irse satisfecho a casa con el trabajo realizado y mantener la ilusión, que en esto es fundamental.

—¿Es una reválida volver a Primera tras sus anteriores experiencias?

—Lo es siempre que empiezas un proyecto. Tienes que dar lo mejor de ti mismo cada día. No vale lo que ya está hecho. Hay que empezar de cero y transmitir sensaciones positivas. El fútbol no tiene memoria.

—¿Va a cambiar mucho el formato?

—Hay que ver primero cómo se cierra la plantilla y sacarle rendimiento para cumplir los objetivos que se marca el club. Entiendo que mucha gente va con una idea predeterminada a un sitio, pero nosotros vemos antes las características y a partir de ahí decidimos.

—Conociéndole, seguro que tampoco es que vaya a volverse loco.

—No soy una persona de dar bandazos. Hay que tener unas ideas lo más claras posibles y que el grupo las reciba como las quieres transmitir. Aunque hay que evolucionar.

—Escuchar para creer, pero en el Ciutat esta temporada han habido pitos de disconformidad con el juego.

—El equipo hizo grandes partidos en la categoría, son 42 y a lo largo de ellos es difícil mantener el mismo nivel. Hemos hecho un gran año en juego, en puntos y en resultados porque el equipo fue regular. Hubo partidos muy buenos, otros menos buenos y seguramente algunos malos, pero no asciendes seis semanas antes de cualquier manera sino siendo mejor que los rivales 42 semanas. El equipo mantuvo la presión, nunca le pudo un mal resultado o un mal partido. El futbolista entendió que esto era muy largo.

—¿Decir que el Levante tenía la mejor plantilla es restarle méritos?

—En Mallorca, Almería o Vallecas pensarían lo mismo. Hemos visto equipos que han sufrido con grandes plantillas, que han bajado o no han ascendido. No le quitaría nunca méritos. Se han conseguido los objetivos de una manera bestial.

—Su opinión fue determinante en la planificación y lo va a seguir siendo.

—Hay una buena sintonía en todos los estamentos y luego cada uno en su departamento toma decisiones. Nadie se guarda nada. El que piense que por su trabajo destaca, se equivoca. Por delante está el club. Cuanto menos nos equivoquemos, antes conseguiremos los objetivos.

—¿Con qué ascenso se queda?

—Este lo viví más intensamente que el de Málaga. Entonces no era consciente de la dificultad. Mis hijas son mayores y las he visto sufrir.

—El Alcorcón, apurado hasta el final, también le ha echado de menos.

—La categoría es muy complicada, no respeta los nombres: Mallorca, Zaragoza, Córdoba... Hay 18 equipos al principio que creen que van a estar en el play-off o en ascenso. Cada año vemos en Segunda División más equipos con nombre porque no son capaces de subir. Todos empiezan cada año de cero. El Alcorcón promocionó, o el Nástic, y ahora han peleado por no bajar. La categoría sólo entiende de trabajo.

—¿Está de acuerdo en que este Levante dará para más en Primera?

—Lo tenemos que demostrar por el camino. No vamos a poner techo a nada, pero sí objetivos a corto plazo. Esta temporada hablamos de marzo a abril para pararnos y ver porqué podíamos competir. Estuvo claro: debíamos hacerlo no por el ascenso, sino por el liderato. Hay que ir etapa a etapa y ver en febrero y marzo a qué podemos aspirar. Y por el camino hay que ponerse otros objetivos. En cada partido debemos dejarnos el alma porque los tres puntos que se van no vuelven.

—El equipo vuelve a la máxima categoría claramente fortalecido.

—Y sobre todo sabiendo lo que le pasó la última vez, que hubo momentos buenos y malos... Ahí es donde tenemos que ir. Hay que hacer un equipo que compita. Varios clubes que han ascendido (Leganés y Alavés) se han mantenido siendo solventes y compitiendo. Son un ejemplo para nosotros. En Primera se necesita calidad, ofensiva y defensiva, porque en las áreas no se perdona. El que las domine tiene mucho ganado.

—Con esto deja bastante claro por dónde van a ir los primeros fichajes.

—Está bien cubierto con lo que tenemos. Raúl y Oier son dos grandes porteros y eso es una satisfacción. Ambos han tenido minutos. La portería está cubierta, pero otra cosa es que no queramos asumir riesgos si hay alguna lesión. Queremos reforzarla con gente con experiencia y complementarla. En ataque está con contrato Roger y sabemos cuál es su nivel y que hay que hacer incorporaciones para jugar con dos puntas o con punta y mediapunta y tener varias opciones.

—Dicen que si no llega a hacer el famoso cambio de Espinosa, aquella noche seguro que no habría dormido.

—Pero no por Espinosa. Si estás en el banquillo y ves clara una cosa, yo no miro el minuto, sólo que tenemos que ganar. Si lo ves claro hay que tomar decisiones. Siempre hablo con el jugador. Ninguna decisión va en contra de un futbolista, sino en beneficio del equipo. Ese cambio no quiere decir que el próximo domingo no seas titular. No hay que tener miedo a tomar decisiones por el qué dirán. Si no las tomas no cumples con tu trabajo.

—Nos quedamos con Espinosa, pero no fue el único. También le ocurrió al mismo Natxo, uno de los suyos.

—Sí, lo entiendo, también en Alcorcón. Hay que hacer movimientos rápidos y no significa que el jugador no lo esté haciendo bien. Y la relación con él ha sido espectacular. Poniendo un ejemplo de la vida es como si vas a 160 por autopista y ves la señal de 120. Debes tomar la decisión de bajar ahí en ese momento, no dentro de dos horas.

—¿Lo echará de menos?

—Sí. Es una persona que se hace de querer y que en el campo lo da todo. Esa gente la echas de menos siempre. Es más, todo el Levante lo echará de menos.

—Al final se ha ido bastante enfadado, ¿le sorprende?

—Son situaciones que ocurren, pero le deseo lo mejor. Hablé con él, le llegó esa oferta y debía tomar una decisión rápida. Entiendo sus motivos. Dentro de unas semanas lo verá de otra manera. A él es el primero al que le duele. Debía decidirse ya porque allí la Liga no para y el club ha tenido que hacer también esos movimientos.

—El equipo ha sido muy solvente contra los rivales de abajo y algo menos con los de arriba, ¿le preocupa?

—Al final la categoría te lleva en 42 partidos a la regularidad y da igual con quien consigas los puntos. Miras las clasificaciones y para estar en la parte alta debes llevar unos números determinados de goles a favor y en contra. Por eso cuando hablábamos a principio de temporada avisábamos de lo que podía ocurrir. Cuando se perdió, el equipo no se puso nervioso, sino que trabajó tranquilo todo el año y supo manejar tanto resultados apretados como situaciones de marcador amplio sin creerse mejor que nadie. El ascenso fueron pequeñas cosas de cada sitio y se consiguió algo muy grande. Este equipo nunca bajó la cabeza.

—A toro pasado, ¿es posible que las primeras semanas de pretemporada fueran las más complicadas?

—Las más complicadas no sé, pero las más importantes sí porque se pusieron unas bases muy rápidas para saber quién estaba por la labor y quién sumaba y quién no. Se hizo una selección muy rápida. Aquí se transmitió que se ganaba todo a base de trabajo y en el día a día, que es como yo valoro ser justo. El que no entrena no tiene ninguna opción de jugar. Dejaba fuera a gente que si hubiese sido titular no pasaba nada. No hay ninguna barrera para nadie, ni edades ni nacionalidades.

—De cara a la pretemporada imagino que le gustaría que no se repita ningún sainete como el de Camarasa entrenándose a parte. Hay tiempo y margen de maniobra para empezar el 8 de julio con una base muy clara.

—Todo lo que sea aclarar a todo el mundo cuál es su futuro, mejor. Quico (Catalán) es el primero que lo tiene claro. Hay jugadores con contrato que son patrimonio del club y no se van minusvalorar. Lo que queremos es gente que sume, que aporte y que trabaje.

—¿Cuál es el perfil de jugadores necesarios para dar el salto de calidad?

—Lo que tenemos claro es que el Levante tiene que ver qué hay en el mercado y a qué podemos llegar. Hay que ir a la realidad y dentro de lo que se pueda firmar dar ese salto partiendo de la base de que tenemos un buen equipo y a partir de ahí mejorar. No nos hace falta hacer una revolución tremenda. Hicimos un muy buen equipo de Segunda porque hay gente que puede jugar en las dos categorías y que tienen ganas de hacerlo en Primera. Si luego viene gente que aporte su granito de arena, perfecto. Pero no va a venir nadie a salvarnos de nada. Habrá gente que aporte su granito de arena en el campo y otros en el vestuario. Los que no jugaron este año pusieron no un granito sino una montaña. Si luego aportan experiencia y calidad en el campo, perfecto.

—Han estado a punto de fichar a un jugador como Krohn-Dehli, ¿cómo se encontraba usted a los 34 años?

—Ya no jugaba (sonrisas). Había ya terminado en el Numancia, que mi último partido además fue contra el Levante. Juande (Ramos) me comentó la opción de ir con él de entrenador. Yo estaba bajando de nivel y me apetecía. Era el momento de dar el paso. Podría haber aguantado unos años más bajando el nivel en otros equipos. Pero prefería entrenar en lugar de empezar a navegar con goteras. Iba para los 33 años.

—¿Qué le dice Juande de su éxito?

—Está encantado. Desde el primer día él tiene un gran recuerdo del Levante. Siempre sale la conversación de aquel Levante suyo, de lo que fue estar arriba y no conseguirlo. Su hijo es del Levante y lo siguen mucho. Me dijo que tenía mucha responsabilidad porque ellos son del Levante y me avisó de que me iban a criticar si las cosas no iba bien (sonrisas). Hablamos a menudo y está encantado de que me vaya bien.

—Juande y Muñiz, desde luego, parecen cortados por el mismo patrón.

—Cada uno tiene su forma de ser y su carácter. Recuerdo que él fue el primero que me dijo un día que no me iba a llevar convocado cuando yo era de los veteranos y venía de Primera. Le contesté que tenía razón porque no estaba a mi mejor nivel y a las tres semanas volví a jugar. Si alguien quiere hablar contigo le tienes que decir la verdad. Yo intento ser lo más sincero posible con todo el mundo. Recuerdo una frase de una persona que me recomendó que empezase por el final, que es lo importante. Así que me la aplico.

—Con Muñiz en el Levante y Marcelino en el Valencia, el próximo Derbi va a ser también entre asturianos.

—Somos dos asturianos a los que por las circunstancias nos va a tocar llevar a los dos equipos de la ciudad. Marcelino es un amigo y le deseo lo mejor. También se formó en Mareo. Crecimos juntos y como van subiendo todos los equipos no hay cambios y coincides siempre. Fueron ocho años. Su segundo entrenador fue compañero mío también en categorías inferiores y la verdad es que estoy encantado de que él tenga un equipo como el Valencia y yo otro como el Levante. Desde que ha firmado por el Valencia la verdad es que no hemos hablado. Aquí hay una cosa muy buena, que es un ambiente sano y futbolístico. Es todo lo que tiene que haber en un Derbi. Aquí te felicita gente del Valencia por la temporada. Esa debe de ser la deportividad en el fútbol.