Pese a que el objetivo del club es fichar a un portero más, el Levante UD ha comunicado este domingo la renovación de Raúl Fernández mediante este comunicado:

"El Levante y Raúl Fernández han resuelto extender en el tiempo la relación contractual que vinculaba a las dos partes. De esta manera, el cancerbero vasco defenderá la portería azulgrana hasta junio de 2019, si bien, según los acuerdos alcanzados, existe la posibilidad de prorrogar su vínculo con la sociedad granota durante una temporada más. Hay que consignar que el arquero, nacido en Bilbao el 13 de marzo de 1988, aterrizó en la institución del barrio de Orriols durante el verano de 2016 procedente del Mirandés.

En la entidad castellana había adquirido un rol y un protagonismo que ha reeditado durante su experiencia como futbolista vinculado al universo levantinista. En cierto modo, puede establecerse una sinergia entre los retos y finalidades determinados por el Levante y por el guardameta vizcaíno en el transcurso de la temporada 2016-2017. Desde ese prisma, el club azulgrana consiguió el desafío que significaba regresar al ecosistema de la elite, de forma inmediata, tras el descenso consumado en las jornadas finales del curso 2015-2016, con el portero concitando la atención y adornando su expediente con la condición de titular en los esquemas propuestos por López Muñiz y con la asunción en propiedad del Trofeo Zamora que acredita y premia al arquero menos goleado de la categoría de Plata.

No obstante, su desembarcó al frente de la portería blaugrana no fue inmediato. El período estival del 2016 estuvo caracterizado por los problemas físicos. Raúl no estuvo presente en el despertar de la competición liguera. De hecho, Remiro fue el escogido para resguardar el marco granota en las primeras semanas del campeonato de la regularidad. Raúl regresó a la acción en el choque de Copa del Rey que enfrentó al Levante y al Cádiz en el Estadio Ramón de Carranza. Su actuación fue meritoria y convincente, pese a que el bloque azulgrana cayó eliminado en la desleal tanda de penaltis. Fue el siete de septiembre de 2016. Y no tardó en cruzar esa frontera que distancia el anonimato de la condición de interprete estelar.

Apenas dos semanas más tarde de la cita en tierras andaluzas saltó al verde de Orriols para resguardar el portal granota de las acometidas de sus adversarios. Fue en la sexta jornada de LaLiga 1|2|3 en el contexto de un encuentro que cruzó al Levante y al Sevilla Atlético que resolvió Montañés (1-0). Fue el principio de un dominio indiscutible que le perpetuó en el relato temporal hasta prácticamente las jornadas finales del ejercicio. Raúl fue atestiguando las virtudes que habían propiciado su contratación después de una campaña notable en Anduva. La portería blaugrana tenía rostro y una fisonomía muy acentuada. Pausado y extremadamente sosegado lejos del césped, en el corazón del área, y tras ajustarse las manoplas, adquiría fuerza y una energía arrolladora.

Al calor de las victorias, su nombre fue alcanzando ascendente. En cada confrontación había espacio para apelar a la épica. Sus apariciones fueron concluyentes. Sus guantes recios le permitieron escalar hasta la cima de la clasificación que prestigia a los porteros más determinantes y resolutivos en la cruzada ante el gol. La lucha contra Badía, guardameta del Reus, fue titánica y mantuvo la incertidumbre hasta el epílogo de una temporada sobresaliente que se cerró con el ascenso a Primera División, la conquista del Zamora y la constatación de las cualidades que le elevaron hasta al altar de los cancerberos más ilustres y requeridos del ejercicio 2015-2016".