Hay una condición sine qua non para la cesión de Alfonso Pedraza. Antes de que este recale en el Levante, o en cualquier otro de los clubes de LaLiga Santander interesados en sus servicios, tendrá que ampliar su contrato. El cordobés queda libre en 2018 y el Villarreal antepone atarle a cualquier otra decisión. El extremo, como Adrián Marín y Rodri, es considerado piezas básicas en el proyecto amarillo a medio y largo plazo, e incluso podría tener sitio esta misma temporada en la plantilla de Fran Escribá.

En Orriols están puntualmente informados de la situación del internacional sub-21, una vez han preguntado formalmente por él en Miralcamp. Alfonso comenzará la pretemporada con el submarino, mientras se negocia su futuro en los despachos, y será más avanzado el verano cuándo se defina qué camiseta defiende el próximo curso. Algo similar sucedía hace un año, cuando los granotas se interesaban por primera vez en él.

Tito y Carmelo del Pozo, quienes el lunes estuvieron reunidos con los agentes de Pedraza (que también lo son de Jason y Camarasa), se han puesto a la lista de pretendientes. La estrecha relación Levante-Villarreal juega a su favor, pero el tiempo y el potencial de los rivales en la puja dificultan la operación. Los técnicos continúan haciendo marcha en el mercado con otras opciones para el extremo.

Aprovechado el tempranero ascenso para firmar a Luna e intentarlo (al final, en vano) con Krohn-Dehli, los granotas trabajan ya a la par que el resto de clubes de la máxima categoría. Han perdido el factor sorpresa, y las operaciones abiertas están tardando más en cuajar. El objetivo es incorporar varios refuerzos más antes del 6 de julio, día en que la plantilla empezará a trabajar de cara a la 17/18. En paralelo, el club ha cerrado las renovaciones de Muñiz y Raúl, y trabaja en la de Jason.