La segunda cesión de Róber Pier se cocina a fuego lento. Ha pasado más de un mes desde que Levante y Deportivo iniciaron las negociaciones formalmente, y aún no han llegado a un acuerdo. Tampoco tiene pinta de que lo vayan a hacer en los próximos días. Ambos clubes se han enrocado en la defensa de sus intereses, que por ahora no coinciden, de tal forma que los gallegos no renuncian al central para iniciar la pretemporada. Por si acaso le han citado el 5 de julio en Abegondo.

Desde el principio, las opciones de compra y recompra han sido motivo de discusión entre el director deportivo blanquiazul, Richard Barral, y los granotas. La posible venta de un central se ha convertido posteriormente en un problema añadido para los deportivistas. Estos, en plena refinanciación de su deuda con Hacienda, quieren ingresar dinero por la salida de un defensa (Insua estaría negociando su fichaje por el Schalke) y no quieren desprenderse de Róber sin tener el citado asunto resuelto por completo: hasta la llegada de un relevo, el de Olleiros se ejercitaría a las órdenes de Mel .

En Orriols se mantienen a la expectativa, seguros como están de su apuesta de presente y futuro por el central de 22 años, y de que finalmente habrá fumata blanca. En su despedida del curso, el propio Muñiz recalcaba que el central, por sus condiciones, su polivalencia y su manejabilidad en el vestuario, "es el tipo de futbolista que queremos para el año que viene". Lo que está por ver es hasta cuándo aguardará el Levante por él. Los granotas, que buscan otro central en el mercado, no quieren estar todo el verano a expensas de los movimientos de mercado del Dépor.

Los azulgrana exigieron desde el primer día por la inclusión de una opción de compra en su favor, a diferencia de lo sucedido en el préstamo firmado en 2016. Esta se situaría entre dos y tres millones; ligeramente superior sería la recompra que firmarían los gallegos. En Riazor no quieren perder totalmente el control sobre el futbolista, que a sus 22 años ha irrumpido con fuerza en la elite: Celades llegó incluso meditó su inclusión en una de las últimas convocatorias de la Rojita. El contrato de Róber concluye en 2019, lo que está conllevando otra negociación paralela del Dépor con sus agentes. Después de haberle formado en sus categorías inferiores, los gallegos no quieren dejar lugar a que el futbolista regrese de su segunda cesión en Orriols a un año vista de su liberación. El nuevo contrato se extendería hasta 2020.

Con la pasada temporada todavía por acabar, el central dejó públicamente las puertas abiertas a su continuidad en el Levante. Tampoco se cerró las puertas del Dépor, en cuyo primer equipo dijo que le gustaría tener cabida antes o después. Mientras su futuro se resuelve, disfruta ahora de sus vacaciones junto a familia y amigos. Ha estado unos días en las Islas Canarias, tal y como ha compartido en redes sociales. De confirmarse finalmente su permanencia en Orriols, Róber se convertirá en el segundo jugador a préstamo durante la 16/17, después de Oier, del que Muñiz dispondría en el proyecto en LaLiga Santander.