"El Levante UD y el Real Betis Balompié han llegado a un acuerdo para el traspaso de Víctor Camarasa a la entidad bética. El centrocampista, que tenía contrato con el Levante UD hasta 2019, se desvincula así del club de Orriols. El Levante UD quiere agradecer a Víctor Camarasa su trabajo en los años en los que ha militado en nuestra entidad y le desea mucha suerte en esta nueva etapa, tanto a nivel personal como profesional". Con este escueto comunicado, el conjunto granota oficializó un traspaso sonado.

Ni Camarasa quería formar parte del proyecto del Levante en Primera ni la dirección deportiva lo contemplaba como una posibilidad en una demarcación todavía con muchas fugas. Además, Muñiz había recomendado que para el 6 de julio, día del regreso a los entrenamientos con las pruebas médicas, debía estar solucionado este caso porque no quería rememorar escenas del pasado reciente cuando el ya centrocampista del Real Betis pasó de negarse a entrenar a hacerlo en solitario antes de cerrarse su exitosa cesión al Alavés por 400.000 euros y después del intento frustrado del Espanyol, con quien tenía un acuerdo similar al verdiblanco, pero la oferta de 1,5 millones de euros trasladada por los pericos era inviable.

Hacía ya unos cuantos días que los andaluces habían convencido al de Meliana, a quien Quique Setién le había reservado un papel protagonista en su hoja de ruta junto a Sergio León, Barragán, también cerrados, e inminentes caras nuevas como Pasalic y Tello. Y al final todos contentos. En Orriols le iban a mantener la puerta abierta al Betis, porque tampoco querían torpedear el preacuerdo que el jugador tenía con la entidad del Villamarín, y los del andaluces han demostrado que su interés no era baladí. Por fin es oficial una de las transacciones más sonadas en la historia del club, aunque en lo más alto seguirán los 10 ´kilos´ del Madrid por Keylor, y cerca de la ´operación Caicedo´.

Después de quedar visto para sentencia el acuerdo entre Betis y Levante en la jornada del martes, Víctor Camarasa aterrizó el miércoles alrededor de las 20:15 horas en el aeropuerto de San Pablo para ultimar los flecos pendientes de una operación que ha dejado a todos contentos, una vez culminadas varias semanas de arduas negociaciones con la necesidad de que llegaran a buen puerto. Allí fue recibido por el secretario técnico Alexis Trujillo, que dio la bienvenida a la gran apuesta, y con quien posó ante los medios con una bufanda del cuadro heliopolitano. Hoy se ha sometido a las pertinentes pruebas médicas y tras superarlas, ambos clubes dieron luz verde a un acuerdo que vinculará a Camarasa con el Betis hasta el 30 de junio de 2022, a razón de 1 millón de euros brutos (700.000 euros netos) por ejercicio y que dejará en las arcas del Levante siete ´kilos´ fijos, más 0,5 en función de variables deportivas en esas cuatro temporadas, un 20% de sus derechos y la cesión sin opción de compra y a coste cero de Álex Alegría, ya oficial también, teniendo que hacerse cargo el Levante simplemente de la mitad de su ficha. La sonrisa de Camarasa a la llegada a su nueva casa era el reflejo de la imposible convivencia en Orriols.

Para el Levante también era una necesidad que esta negociación tuviera final feliz cuanto antes. En la planificación de Tito y Carmelo no había sitio para Camarasa y eso que en el centro de operaciones hay huecos por la marcha de Natxo Insa a Malasia, a quien el club granota le exigió una compensación económica para darle la carta de libertad, y que el Sevilla decidió quedarse con Krohn-Dehli y que Rubén Perez, en principio, seguirá un año más a préstamo en el Leganés. Lerma y Campaña son fijos y a Verza le han instado a buscarse un ´plan B´, aunque le quedan dos años de contrato.