El Levante, que en su día ya se dirigió formalmente al Granada por el centrocampista Rubén Pérez, tiene puestos sus ojos sobre el colombiano Adrián Ramos, un delantero que es muy del agrado tanto de Tito como de Carmelo del Pozo pese a que su fichaje se antoja muy complicado. El club se ha interesado por su situación, aunque oficialmente no ha trasladado ninguna oferta.

Tras haber sondeado al jugador y su entorno, el director deportivo y el secretario técnico saben que su principal deseo es quedarse en Primera División y que la posibilidad de recalar en Orriols podría ser de su agrado. Sin embargo, la granota no es la única alternativa que maneja en estos momentos, ya que también el Alavés está moviendo ficha por él e incluso desde su país ha llegado a haber alguna intentona, en especial la del América de Cali.

La operación, de todos modos, es muy complicada. Adrián Ramos, de 31 años, está cedido en el Granada hasta el próximo diciembre y la propiedad de sus derechos es del Chongquing Lifan, cuyo dueño es el mismo que el del Granada, Jiang Lizhang, y que pagó 10 millones de euros por su traspaso al Dortmund.

Lejos de desprenderse de él, la idea del Granada es ampliar la cesión hasta el próximo junio y que se convierta en uno de los pilares del equipo en Segunda División, una opción a la que el jugador tampoco hace ascos después de la regeneración llevada a cabo por los valencianos Manolo Salvador y José Luis Oltra en el club nazarí. Adrián llegó el pasado enero a Los Cármenes, pero no pudo evitar el descenso. Antes de eso la falta de minutos en Alemania había precipitado su salida.