Uno de los objetivos principales para reforzar la delantera por parte del Levante en el mercado pasado, Adrian Ramos no confirmó su voluntad de haber abandonado Granada. De haber sido así, probablemente el Levante tendría en su plantilla al ariete colombiano.

Junto a Lucas Pérez, el cafetero era la opción más anhelada de cara a mejorar el ataque en el desembarco en Primera División. La idea inicial era la de traer a otra referencia además de Roger y Álex Alegría, pero la fatídica lesión del máximo artillero de la pasada Liga 1|2|3 truncó los planes y varió el rumbo de Carmelo del Pozo y Tito.

Ramos reconoció la posibilidad de haber salido de Los Cármenes: "Cuando tienes opciones de jugar en Primera cualquier jugador la va a tomar, ese era mi caso. El aficionado lo mira de otra forma, pero es una decisión que quería tomar pero al final las cosas no se dan". Tanto es así que los primeros contactos se iniciaron en julio y el Ramos forzó su salida comunicándoselo José Luis Oltra y a la plantilla su deseo de marcharse. Sin embargo la entidad nazarí se desmarcó con un precio de diez millones de euros imposibilitando su llegada al Ciutat de València.