No hay debate. Enis Bardhi es «lo nunca visto» (según Morales) en lanzamientos de falta en Orriols, mal que este jueves le pudiera pesar a Ivi. Cinco veces ha probado fortuna el macedonio desde la frontal, contando la pretemporada, y otras tantas que ha visto portería. En LaLiga Santander ya van un par de tantos por la escuadra a balón parado: el del día del Deportivo y el que cerró la goleada frente a la Real Sociedad.

Su golpeo volvió a ser técnicamente perfecto. Limpio y endiablado. Una folha seca imparable para el portero de turno, en este caso, y prácticamente inigualable. Muñiz lo tuvo claro cuando el propio Enis le pidió ayuda para deshacer el pequeño entuerto que se había generado al borde del área, con la victoria ya en el bolsillo y el duelo al borde del descuento: Ivi, también especializado en ese tipo de acciones, había cogido el balón con la intención de golpear. Sin embargo, el técnico priorizó los números y la racha del ´10´ a los deseos del extremo. Visto el resultado, bien que hizo.

Por momentos, Bardhi e Ivi recordaron a la famosa riña de Cavani y Neymar el pasado fin de semana por el lanzamiento de un penalti en el PSG. El macedonio le reclamaba el esférico, a modo de defensa de su territorio, pero su compañero no atendía a razones. Doukouré intentaba mediar hasta que llegó el veredicto de Muñiz, siempre justo en sus decisiones.

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En la posterior celebración del gol de falta (que le convierte con tres en el máximo artillero del conjunto granota en solitario), el macedonio hizo un guiño a Ivi. Se abrazó a él y le señaló con el dedo, pidiendo así el reconocimiento de la grada a su trabajo. A él le levantarían varios compañeros al aire a la conclusión del encuentro, conscientes de la importancia y la trascendencia del ´fenómeno Bardhi´. Sus 25 millones de cláusula cada vez parecen menos.