De los pocos borrones del Levante en la temporada del ascenso, uno de esos lo estampó ante el Getafe. En el Coliseum se vivió la peor versión granota y justo en uno de los desembarcos más multitudinarios. El culpable de esta derrota fue Jorge Molina, el delantero de la discordia hace dos veranos, el primer exponente que querían captar Tito y Carmelo en su aterrizaje a la dirección deportiva para recuperar el terreno perdido, con el propósito de juntarlo con Roger Martí y formar una de las parejas más temibles de la División de Plata. Perfiles distintos, complementarios y números destacados en la categoría. El ‘Geta’ fue el equipo que más puntos consiguió rascarle al Levante de Muñiz (4 de los 6). Tardó cinco minutos en humanizar al líder y asistió para el definitivo 2-0 a Portillo. Ahora regresa a Orriols, donde ha visto puerta en tres de sus cinco visitas. Prácticamente se va a cumplir un año del precedente del curso pasado en el Ciutat (1-1). Por aquel entonces, el de Alcoi trataba de arrancar como su equipo con Bordalás, llevaba dos tantos y acabó con 20.

Sin Molina empezó todo. El tiempo le acabó dando la razón a la dirección deportiva, sobre todo porque el ‘Pistolero’ irrumpió con fuerza y fue cobrándose víctimas por el equipo. El fichaje, después de acabar contrato con el Betis, se disparaba. Tito no pudo ni tampoco quiso competir. El tiempo y, sobre todo, el dinero jugaron a favor del Getafe. También es cierto que en Orriols no quisieron hipotecarse hasta saber qué sucedía con Rafael Martins y Deyverson. El Levante fue uno de los primeros clubes en llamar formalmente a la puerta de Jorge, en los primeros pasos de los nuevos responsables del proyecto 16/17. Tras dar calabazas a propuestas más exóticas de China y Emiratos Árabes, se vistió de azulón y firmó por dos temporadas.

Junto a la ineficacia de los delanteros de la primera plantilla (Nano, Alegría y Boateng) y que ya son tres partidos seguidos sin ver puerta, el sábado aparecerá un Getafe creado a imagen y semejanza de su entrenador. Un Bordalás que estuvo en el ‘casting’ para relevar a Rubi y que es de los pocos entrenadores que le ha sacado las cosquillas a Muñiz. «Será complicado porque el Getafe también pelea por quedarse en Primera División. Todos los partidos son difíciles. Es un equipo que gana o pierde por la mínima así que los pequeños detalles serán importantes», avisó un Postigo, que vivirá «un partido especial» y que tiene claro que «si conseguimos volver a ganar en casa nos situaremos en un puesto muy bonito». Será un partido, además del propósito numérico, para reactivar a la afición, enterrar la última derrota ante el Alavés y vengar aquel 2-0 con el sello de Molina en el Coliseum ante 430 fieles. Una derrota que no debilitó la ilusión del ascenso a Primera, al que solamente hacía falta ponerle día y hora. Los empates de Cádiz y Tenerife redujeron el margen de 20 a 19 puntos. Una barbaridad.

Molina y Ángel, cinco goles

Uno que fue granota (Ángel Rodríguez) y el eternamente pretendido Molina, pero en ningún momento fichado, llevan cinco tantos con el Getafe. No es noticia que el Levante se las vea con ataques con mejores números que los suyos. Nadie lamentaba en su día el fichaje frustrado de un ariete que acabó con 20 dianas. Ahora, con Roger fuera de combate hasta en enero, la pesadilla en la punta de ataque, junto a un cierre de mercado estival con demasiadas sombras, quitan el sueño; aunque por activa y pasiva se persigue que la ansiedad no pase factura, sobre todo a los tres cuestionados. Es llamativo que de las cinco grandes Ligas, incluida la española, todas las aficiones han disfrutado, como mínimo, de un gol del ‘9’ de los suyos, excepto las de Levante y Benevento, que en el paso estuvo en la Serie B italiana. Muñiz ya dijo en la sala de prensa de Cornellà que su apuesta se regirá por rendimiento y características del rival en cuestión. Nano irrumpió en el once ante el Espanyol y tendría continuidad.