La presencia de Quico Catalán en el Villarreal-Ponferradina de Copa llevó a equivocación. No estaba el pasado jueves el presidente en el palco de La Cerámica para negociar la continuidad de Enes Ünal, aunque más pronto que tarde va a hacerlo. El Levante quiere el turco sea su delantero de referencia en lo que resta de curso, para lo que hace falta que los groguets accedan a dejarle a préstamo más allá de enero. Son ellos quienes tienen la prioridad, como así dejaron estipulado en el contrato firmado a finales de octubre de urgencia.

Los granotas, valoradas sus prestaciones y las posibilidades económico-deportivas que ofrece el mercado, priorizan quedarse con el otomano a firmar a un sustituto de mayores o menores garantías. Con Nano, Boateng y la recuperación de Roger, incluso abogarían por desechar la posibilidad de incorporar otro jugador en ataque. Los técnicos creen que la parcela estaría cubierta tanto cualitativa como cuantitativamente, a pesar de que solo Ünal y Boateng (una vez cada uno) han visto puerta con el Levante en lo que va de temporada.

Sin descartarla, tampoco enamora la opción de ceder al ghanés a pesar de su juventud, su falta de adaptación a una liga de la exigencia de la española y de que el regreso del 'pistolero' podría relegarle a la condición de cuarto punta. El ex del Moreirense ha sido descarte técnico en las dos últimas jornadas, pero ni Muñiz, ni Tito ni Carmelo del Pozo quieren arriesgarse a dejarle ir mientras Roger no exponga su completa puesta a punto en competición. La escasez de puntas sufrida por momentos este curso, motivo justamente por el que se aceleró la llegada de Ünal, invita a los granotas a pecar más por exceso que por defecto. En verano siempre se podrían replantear una salida (temporal) para el fichaje más caro de la actual dirección deportiva y segundo en la historia del club.

La presencia de Enes en plantilla no es justamente asequible, por otra parte. Para contar con sus servicios, el Levante se comprometió a costear la mayor parte de su ficha durante el tiempo que se prolongue su cesión. Entre unas cosas y otras, ya que cada partido que no juegue acarrea el pago de una 'multa', el salario del otomano supone un desembolso de medio millón de euros bruto mensual al club.

Si ayuda a lograr la permanencia en LaLiga Santander, por la cual se asegurarían el cobro de 50 millones en la 18/19 solo por televisión, en Orriols darán por bien empleado el pago de la elevada ficha de Ünal. Esta viene heredada de su etapa en el City, del que el Villarreal lo firmó el pasado verano por 14 millones de euros. Su presencia en plantilla supondría, por otra parte, ahorraría el posible pago de traspaso para incorporar a otro '9' en enero.

Pendientes de Bacca y Sansone

Ha sido prácticamente ceder a Ünal y heredar la escasez de delanteros que el Levante quiso combatir (aparte de la poca efectividad) con el turco. En solo tres días el Villarreal ha perdido a Bacca y Sansone por lesión, hasta quedarse con solo un delantero disponible de la primera plantilla: Bakambu. Una carestía que ha puesto sobreaviso a los amarillos y que podría llevar a estos a repescar al punta cedido al Levante, aunque sea para prevenir sustos futuros de ese tipo. El actual, al no tener el cafetero y el italiano dolencias de gravedad, debería estar resuelto para cuando se abra el mercado invernal y pueda volver Enes.

Su apuesta por la cantera y la necesidad han conllevado que Calleja apueste por Raba, extremo o segundo punta del filial, como principal alternativa ofensiva. Bacca se someterá a pruebas médicas para determinar el alcance de las molestias que sufre en los isquiotibiales, que le obligaron a ser sustituido ayer ante el Leganés. A Sansone le esperan cuatro semanas de baja.