A falta de dos partidos para el parón navideño, la suerte está echada. Al menos en lo que a los planes para el mercado de enero se refiere. Los malos resultados, la grave plaga de lesiones, el bajón de juego y las dudas desatadas respecto a la viabilidad del actual proyecto deportivo han puesto el foco del club encima del inminente plazo de refuerzos.

Igual que ocurrió hace dos temporadas, cuando en vista de los nubarrones se puso la carne en el asador, todo apunta ahora a que el Levante va a volver a reformularse con una revolución de invierno. La esperanza, eso sí, es que el resultado sea mejor que el conseguido entonces. Así las cosas, como mínimo habrá tres fichajes: un delantero dereferencia, un central y un lateral derecho que ya se sabe que será Coke. El vallecano, excapitán del Sevilla, llegará cedido del Schalke 04, con el que está todo encarrilado desde el pasado verano, una ventaja competitiva de cara a los clubes que desde entonces han pensando en él.

La llegada de otro delantero es la consecuencia directa del regreso al Villarreal de Enes Ünal, autor del único gol en LaLiga firmado por un ariete. El turco, que ha ido de más a menos, era el elegido para acabar la temporada, aunque el club nunca las ha tenido todas consigo, por lo que la maquinaria de rastreo ha estado siempre encendida.

Pese a las dificultades que entraña el mercado de enero, unidas a la cotización de los candidatos más sobresalientes, el gran objetivo de Tito y Carmelo del Pozo es hacerse con ese delantero top que se escapó en verano, de Lucas Pérez a la última oferta por Miguel Borja. No hay que descartar tampoco que se fiche a dos, uno para ser el referente y el otro de complemento a la espera de ver en qué condiciones físicas regresa Roger de su lesión. En caso de que el refuerzo para el ataque sea doble, a Boateng se le buscaría una salida en forma de cesión, ya que para Muñiz en este momento sigue contando como cuarto delantero.

Los fallos individuales en defensa, especialmente sangrantes en los dos últimos partidos en casa, también han sido determinantes para que en la dirección deportiva exista el quórum suficiente para lanzarse a por ese central de jerarquía que finalmente se ha demostrado como necesario.

La llegada a última hora de Cabaco, un arreglo sobre la marcha, no ha satisfecho a Muñiz, que no ha encontrado en la plantilla al central capaz de liderar una defensa en la que ninguno de sus integrantes contaba hasta ahora con experiencia en la máxima categoría. Los técnicos están convencidos de que con otro perfil el rendimiento de Postigo, Chema y Róber mejorará.

Un ojo puesto en las salidas

El mercado de enero no sólo se va a usar para entradas. Y es que, inevitablemente, también habrá salidas. Una de las que más cuerpo está cogiendo es la de Lukic, que volvería al Torino tras su intrascendente paso por Orriols. La otra que flota en el ambiente es la de Langerak, a pesar de que el club tiene claro que no va a facilitarle una salida si no tiene un recambio que juegue su rol.

Al margen de Boateng y Cabaco, el club está también pendiente de lo que pueda ocurrir con futbolistas en principio llamados a ser importantes en el equipo pero que no están teniendo apenas continuidad y por los que podrían llegar ofertas. Sin descartar cualquier sorpresa, en este apartado sobresalen nombres como los de Luna, Ivi o Samu, este último descarte el domingo. Del mismo modo habrá que ver qué ocurre con el recién renovado Shaq.