Sobre el papel este 2018 recién estrenado es su penúltimo año de mandato. Sin embargo, como él mismo reconoce, a día de hoy no se cierra la puerta a nada. Sólo lo hace, eso sí, a la posibilidad de marcharse ahora camino de la Federación. El presidente, con el plazo de fichajes ya reabierto, habla también de la responsabilidad de los técnicos en mejorar la plantilla.

Mire, cuestión a bocajarro: Se me hace muy difícil creer que Quico Catalán va a dejar el Levante

Bueno, ¿por qué?

Porque se marcharía sin estar terminados todos sus planes de futuro, porque este proyecto en gran parte se lo ha criado usted, porque no hay una sucesión visible y porque el club está en un momento en el que lo más recomendable parece la continuidad.

Sí, es verdad, esa reflexión no es mala. De aquí a diciembre de 2019 magia no podemos hacer; ciertos milagros no están a nuestro alcance. En 2019 no será relevante lo que quede de deuda, 11 o 12 millones a 15 años. Es verdad que el contador no lo habremos puesto a cero, pero si tuviéramos la obligación en dos años lo haríamos con la media que hemos llevado hasta ahora. Y también es verdad que tenemos proyectos más tangibles como la posible Ciudad Deportiva en Valencia y la remodelación definitiva del estadio. Con una inversión importante pero no descabellada, de entre 18 y 20 millones, podemos dejar un Ciutat que tenga muchas posibilidades. Podemos construir un gran estadio dentro de nuestro estadio con una inversión de entre 18 y 20 millones. Junto a la consolidación del equipo en Primera y la apuesta por el fútbol base, esos son los dos grandes hitos. Y también está el gran objetivo de ayudar a la Fundación a conseguir la malllamada, porque no me gusta el término, «democratización», es decir, que el paquete de control pueda estar repartido entre los levantinistas que quieran apostar por un proyecto de futuro. Es imposible acabar. Pero nuestro deseo es dejar alguna cosa iniciada y proyectada.

¿Entonces?

Quico Catalán no va a estar mejor en ningún otro sitio que aquí, ni va a ser más feliz. Lo que pasa es que también es bueno que nos marquemos periodos. Es una pena que cuando llegue el final de este mandato no podamos acabar todos los objetivos que tenemos, pero lo más saludable para todas las partes es eso. Creo que a lo mejor el Levante necesita otra persona al frente, otro Consejo, otro perfil... No lo sé, lo desconozco, tal vez no. Mi sensación es que serán 10 años... Y a lo mejor ha acabado una etapa y debe empezar otra. Eso desde el prisma del Levante. Y luego, desde el prisma personal, a mí hace un año se me hacía eterno pensar en que tenía que estar tres más aquí, partiendo de la base de que me considero un privilegiado, y de que para mí es un grandísimo honor ostentar lo que ostento, fruto del día a día de mi trabajo, aunque por otro lado hipoteco mucho de mi vida. Sufro mucho y trabajo mucho. Pero lo pones en una balanza y no voy a ser más feliz en otro sitio. Estos dos años que me quedan por delante es tiempo suficiente para llegar a 2019 con ese cúmulo de desgaste por el que tenga que cambiar a nivel personal. Es la visión que tengo y mantengo.

Quico deja abierta la puerta a alargar su mandato en el Levante UD

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Pese a haber empeñado su palabra, ¿no hay ninguna rendija para que se replantease su continuidad?

A ver...

O si alguien se lo pidiese.

No es cuestión de que me lo pidan o no. Evidentemente con el resultado de la Junta dices: «¡buf!». Es que fue el 99,95%, de 104.000 votos, tan sólo 33 no te dieron apoyo. Son datos escalofríantes. Me siento más que respaldado. La última Junta fue bastante productiva para todos. ¿No hay ninguna rendija? Yo qué sé. No lo sé.

Tiene dos años para pensárselo.

Claro, quedan dos años. Esto es como cuando mi mujer me dice: «Llevas un año diciendo que te vas. ¿Y? ¿Qué vas hacer?». Pues no lo sé. Es que no voy a perder ni un minuto de mi vida en pensar qué voy a hacer el día después de marcharme.

O sea, que hasta su mujer le pregunta lo mismo que los periodistas.

Claro, «¿y después de esto qué vas a hacer?». Pero es que Dios dirá. Si alguien piensa que voy a perder un minuto de tiempo en proyectar mi futuro el día después, está muy confundido. No lo hice con 26 años y no lo voy a hacer con 42. Creo que están otros muchos más preocupados por dónde colocarme. Mi preocupación es estar en el Levante hasta el último día en el que diga que «efectivamente lo que pensaba hace tres años es la realidad». O, por contra, que diga: «Mira, a lo mejor tampoco estoy tan cansado, a lo mejor este Levante necesita que siga».

¿Hay opción de que se vaya antes?

No. Eso es imposible. No se me pasa por la cabeza.

Entonces, ¿la Federación nada?

Es más fácil a día de hoy que yo pueda seguir a partir de 2019 que que me vaya antes del Levante. Mi obsesión es acabar este proyecto. Llevo cinco años trabajando en la Ciudad Deportiva y sueño con presentarla. Cuando entré aquí me decían que iba a un estadio compartido y que haría un ERE. Y nada de eso. Mi sueño es construir el mejor estadio que podamos donde está nuestra casa. Y puedo garantizar que si consigo eso, desaparezco de aquí y me voy a disfrutar a mi tribuna de mi Levante. No me planteo para nada salir dentro de tres meses, de cinco ni de seis... Para nada. El presidente del Levante no puede salirse a mitad del camino.

Pues los rumores son fuertes...

Nunca he tenido ninguna conversación en ese sentido. Es más, ha podido llamarme a mí gente en estos últimos meses preguntándome que porqué no me presentaba a la Federación. Pero han sido llamadas informales de personas que están dentro del fútbol lógicamente.

Entonces sí se lo han propuesto.

No es cuestión de proponer, es cuestión de gente de dentro del fútbol que te llama y te habla. Y no han sido uno ni dos, sino muchos más. Pero es porque la gente está preocupada y piensa que hay que dar un giro montando un proyecto.

¿Y no le ´pone´ ese proyecto?

A lo mejor es pecar de falta de humildad, pero es que a mí lo que me ´pone´ de verdad es mi Levante, el proyecto, mantenerlo en Primera...

Mi impresión es que lo que no le ´pone´ nada ahora es la política.

Por supuesto, alguna noticia que ha salido por ahí ni me la planteo. Pero se agradece que haya gente que te valore para alcalde de tu ciudad.

¿Se ha desencantado?

Nunca he estado vinculado a la política, es un mundo muy cruel.

Lo ha visto en primera fila.

Vivimos en una comunidad donde por desgracia es muy difícil que no hayas tenido a una persona cercana, y más con el cargo que he ostentado yo. Se están viviendo momentos en la política valenciana y española que son muy desagradables. Pero tampoco es por eso. Es porque hay momentos en la vida, y a mí que sí me gustaría alguna vez dedicarme a eso, pero no ahora. Cuando tenga a mis hijos criados, más de 50 años, mi vida profesional resuelta y consolidada... ¿Desde qué prisma? No lo sé. Desde mi punto de vista, lo bonito del mundo de la política es que alguien que llegue de fuera y que no esté viciado pueda aportar desde el sector privado y la gestión. Y sí, me gustaría. También porque lo viví en mi casa con mi abuelo, que fue teniente de alcalde. Pero no sé cómo lo abordaré, si como concejal del Ayuntamiento de Dénia, asesor de no sé qué... Me gustaría, pero a lo mejor con 55 años me dicen que ya se me ha pasado el arroz o que ya no engancho.

¿Tiene el nombre de las personas que podrían sucederle en el Levante?

Ni lo tengo ni lo voy a tener. Estoy convencido de que hay gente más preparada y capacitada que el presidente actual. El que venga lo que necesitará es tener un proyecto, estabilidad, apoyos, respaldo y que le dejen trabajar, que es lo que nosotros necesitamos. Es verdad que vivimos el mejor Levante de la historia, pero han habido también grandes Levantes. No voy a perder tampoco ni un minuto en preparar, ni colocar ni gestionar ningún cambio. Eso sí, si algún día alguien me pide ayuda y opinión, por supuesto que sí. Pero de mí no va a salir eso.

A nivel deportivo ¿cómo de preocupado se encuentra?

Estamos preocupados y ocupados. Tenemos handicaps. Uno es que el último año de Primera descendimos. Ese miedo está, pero yo creo que está en el presidente y en cualquiera de los que sentimos al Levante. Y luego es verdad que pese a venir de Segunda fue un año precioso, ascendimos con mucha solvencia. Si de las 17 jornadas que llevamos ahora, el contador de puntos hubiese estado más equilibrado, seguramente a lo mejor el ambiente, el runrún, sería otro. Empezamos muy bien en sensaciones y en puntos y a lo mejor perdimos el norte. Se generaron unas expectativas que pensábamos que esto iba a ser un paseo en barca y nada de eso. Estamos en la mejor Liga del mundo y necesitamos 40 puntos para salvarnos. Estoy con esperanza e ilusión en ayudar a que tengamos los mejores argumentos para que el míster pueda hacer mejores resultados.

¿Cuál es su análisis de lo que ha ocurrido con la planificación? A la plantilla se le han saltado las costuras y problema de dinero no ha sido.

No, problema de dinero no ha sido, sinceramente no. Ha sido el año de los ocho que llevamos en el que más hemos invertido. Y por otro lado tenemos posibilidades de mejorar. A nadie se le ha dicho que no se pueda gastar. Hacer un análisis después de 17 jornadas es aventurado. Poco a poco vamos a ir viendo el potencial de la plantilla. A determinados jugadores les está costando adaptarse a esta competición, a una nueva Liga, un nuevo país... Soy optimista y creo en mis direcciones deportivas. Soy fiel a ellas y creo firmemente que son ellos los responsables de confeccionar y al final los responsables de que las cosas salgan bien o mal. Lo que tenemos que hacer nosotros es darles todos los medios posibles. En ese sentido hay medios y vamos a intentar mejorar aquello que podamos. Yo no busco excusas nunca. Pero es verdad que se nos ha juntado todo un poco: fases de no adaptación de cierto perfil de jugadores, demasiadas lesiones y de mucha gravedad en una posición como la delantera... Hemos tenido que fichar a un jugador dos meses. Tenemos que aprovechar la oportunidad que nos da el mercado.

Voy a embarcarle: ¿está satisfecho con la planificación deportiva?

A ver, ¿qué es estar satisfecho? Yo creo que al final este es un resultado que debemos de medir a final de temporada. Y creo que si en el mes de junio/julio nos dicen si firmábamos estar en Navidad con 18 puntos como estamos, cualquier persona coherente lo firmaba. Lo que pasa es que la forma ha sido irregular. Nos está costando jugar en el Ciutat, que siempre ha sido un estadio difícil para el rival y ahora parece que lo es para nosotros. Somos un equipo más solvente fuera de casa. Tenemos que corregir cosas y conseguir un equilibrio, mejorar la plantilla e intentar el máximo rendimiento a lo que tenemos.

  • ¿Que crees que debería hacer Quico Catalán en 2019?

¿Está teniendo que entrar, como en el caso de Guidetti, en muchas operaciones?

Es mi trabajo también. Lo que tenemos que hacer es poner nuestro granito de arena para que las operaciones se cierren y los objetivos que tenemos se materialicen.

Problema de dinero tampoco debería volver a ser, ¿no?

No, nosotros lo que no vamos a hacer es dejar un céntimo de euro que podamos sin utilizar. Pero es que eso se sabe desde mayo o junio. Si tenemos un límite de plantilla ´x´ y tenemos disponible ´x´, gastémoslo. Pero gastémoslo bien. Y gastémoslo con coherencia, en gente que nos dé el salto de calidad necesario en la plantilla actual, un valor añadido hasta final de temporada. En ese sentido no hay ninguna duda.