Con Koné de manera clara en la pole position, el Levante trabaja al mismo tiempo en dos alternativas prioritarias y con la idea de que al final sean dos los refuerzos de ataque. A poder ser, el marfileño más Rémy o Rubén Castro, los delanteros con los que hay un principio de entendimiento a expensas, eso sí, de hacerlo también con sus clubes.

El martes por la noche se produjo un cara a cara en Madrid entre el Levante y el Las Palmas en el que el club canario desestimó en primera instancia un ofertón granota. De todas las que tiene encima de la mesa se trata de la mejor propuesta: un millón por la cesión, los 800.000 euros que a Rémy le quedan por cobrar de aquí a final de temporada y una opción de compra en caso de permanencia de 1,5 kilos.

Apartado por Paco Jémez, el francés no quiere ni oir hablar de la posibilidad de reincorporarse y de hecho ve con buenos ojos esta alternativa de continuar en LaLiga y no volver a cambiar de país. Las negociaciones se mantienen en pie y de hecho este miércoles se han producido nuevos y más avanzados contactos desde el Ciutat.

Por otra parte, Rubén Castro está por la labor también de aceptar el año y medio de contrato fijo que le ofrece el Levante, habida cuenta de que el Betis no le garantiza a día de hoy la temporada adicional que tiene de contrato. Pese a su estancia en China y a su gol de nuevo con el Betis la pasada jornada, el ariete podría recalar legalmente en Orriols siempre y cuando, eso sí, su club le abra la puerta de salida. En este momento esa posibilidad depende de que los verdiblancos cierren alguna incorporación en ataque.

De todos modos, la prioridad sigue siendo la misma.