La susceptibilidad que impera en la actualidad granota, después de las últimas derrotas, magnifica cada contratiempo. Como las molestias que arrastra Raúl Fernández, por las que este lunes se han encendido las alarmas. El portero no pudo entrenar con dolores en la cadera (no es la primera vez que los tiene), lo que plantea la pregunta de qué pasaría si no pudiera ir convocado el sábado: el traspaso de Langerak al Nagoya deja a Muñiz, a día de hoy, sin más recambios para Oier en la primera plantilla que el bilbaíno.

Será este martes, una vez transcurridas 48 horas y la jornada de descanso, cuando haya que valorar en qué condiciones se encuentra Raúl. Si el pronóstico no fuera halagüeño, el Levante podría verse obligado a acelerar la vuelta de Koke, cedido al Alcoyano, a quien el técnico señaló públicamente hace días como el mejor sustituto para Langerak.

Los granotas tienen por contrato la posibilidad de recuperar al andaluz a mitad de curso, aunque a cambio deberían compensar a los blanquiazules con otro portero para no generarles a estos un perjuicio. La otra alternativa a corto plazo para una posible baja de Raúl, que ayer recibió tratamiento, pasaría por subir a uno del filial para el choque en Vila-real. El elegido, a priori, sería Dani Cárdenas.