La mala noticia es que sólo Coke y Pazzini son refuerzos reales a día de hoy después del mercado de invierno. La buena, que a Muñiz aún le quedan balas por explotar. En especial dos: Sadiku y Rochina. El exdelantero del Legia y el extremo valenciano, si no ocurre nada extraño, tienen que ser los próximos en asomar por el equipo. Sadiku, que estaba de pretemporada, es quien físicamente está más cerca. Rochina, por contra, tras dos meses en solitario, se lo tiene que tomar con más calma. Sin embargo, la aportación de ambos se presume determinante para un equipo que ha recuperado sensaciones en las últimas tres jornadas, aunque por desgracia no todavía los resultados. Esta jornada la arranca dos puntos por encima del descenso, ya una mínima expresión.

Más allá de las entradas y salidas en plantilla, lo cierto es que Muñiz cada vez cuenta con más futbolistas. Fichajes como Doukouré y Lukic en el centro del campo, o Ivi y Luna en el costado, han dado un paso al frente y cambiado la fisionomía del equipo. Sin el lesionado Lerma, el encuentro de Mestalla fue un buen ejemplo de la aportación de las caras nuevas. Una tendencia, en todo caso, que ha ido de menos a más, sobre todo a raíz de los últimos partidos de 2017. Pese a haber vivido un momento complicado en Riazor, donde se salvó una primera bola de partido, el entrenador sigue manteniendo el pulso competitivo.

Las lesiones respetan al grupo

Una vez que hoy, en el regreso a los entrenamientos, se pase definitivamente página de lo ocurrido en el Derbi, el Levante volverá a centrarse en una segunda vuelta para la que a nivel interno las sensaciones son positivas. Y es que, además de los fichajes, el equipo cuenta con Roger ya reestablecido y con bastantes jugadores a los que es cierto que les costó adaptarse pero que ya han dado muestras de que Muñiz puede tirar sin problema de ellos. La competencia, tanto en número como en calidad, ha aumentado y esa es una muy buena noticia más allá de la evidente pega de que los mencionados Sadiku (un melón por abrir en lo que a su adaptación a LaLiga se refiere) y Rochina no hayan llegado en disposición de ponerse a rendir desde el primer día.

Encarar la recta final con el mayor número de efectivos a pleno rendimiento o en plena fase creciente es uno de los objetivos de la planificación para un momento de la temporada en el que la permanencia va a ser a cara de perro. Y es que, como dice Muñiz, de aquí en adelante la importancia de los puntos es «extrema». Que Lerma sea en este momento el único lesionado, más allá de los casos de larga duración de Iván López y Álex Alegría, es otro punto a favor después de los meses de psicosis por los problemas musculares que lastraron al grupo.

La reacción del equipo en Riazor, el empate contra el Madrid y la buena imagen en Mestalla, donde hizo méritos suficientes para haber puntuado de no ser por los errores arbitrales, son un punto de inflexión.