Muñiz volverá al 4-3-3 contra el Alavés. El técnico, pese al 4-4-2 contra el Betis, presentará un once diferente con varios cambios y en el que no estará ninguno de los fichajes del mercado de enero: Oier, Pedro López, Cacabo, Chema, Luna; Lerma, Campaña, Lukic; Ivi, Morales y Roger. El descarte de la convocatoria de 19 es Sadiku, titular el lunes.

«La vida es otra cosa», como bien recordaba en rueda de prensa Muñiz, sobrecogido todavía por la inesperada muerte de su «gran amigo» Quini. «Siempre hay que tener prioridades y elegir», incidiría después, para relativizar las serias dudas que hay sobre su figura y su continuidad.

Como Málaga y Dépor volvieron a perder ayer, solo si derrotara la UD Las Palmas al Barça los granotas podrían dar con sus huesos en la zona de descenso por primera vez en LaLiga; pero ya la clasificación no sirve como coartada. Ni para el Levante ni para su técnico. Después de 13 jornadas sin hacerlo, hay que ganar. La necesidad y el nerviosismo imperan en el entorno y en el propio club, de tal manera que Muñiz regresaría de este viaje a Vitoria (como mínimo) malherido si no lo logra. En este último caso, el Espanyol esperaría el domingo con la puntilla.

En el vuelo hasta tierras vascas, Muñiz no contó con sus salvavidas particulares. Tito y Carmelo del Pozo, director deportivo y secretario técnico, respectivamente, tienen previsto unirse en las horas previas al partido a la expedición azulgrana En esta, de origen, sí que se encontraban tanto Quico Catalán como el consejero Miguel Ángel Ruiz y el director financiero, Nacho Gil. Por aquello de echar cuentas, siempre viene bien tener a este último cerca en momentos como el actual. Hubo turbulencias, aunque no tantas como las que provocasen la reunión de hace 10 días del Consejo o el «Muñiz vete ya» del lunes en el Ciutar. Ni las que no esperan a la vuelta de perder.

A Orriols era el Alavés el que llegaba ahogado. Sin punto alguno en el casillero. Esta vez sucede todo lo contrario: los vitorianos han subido como la espuma desde la llegada de Abelardo al banquillo y aventajan ya en ocho puntos al Levante. Falta por ver si Muñiz y sus pupilos rebaten a los babazorros y les devuelven la victoria de la jornada 7. Para premio sería incluso igualar o mejorar el 0-2, por aquello del gol averaje particular.

Frío y calor

Vitoria entera, incluido Mendizorroza, amaneció ayer nevada. El paso de las horas y el temporal, con el consiguiente aumento de las temperaturas, no hace temer por la disputa del partido. Hará frío en lo climatológico, pero habrá calor de sobra en lo ambiental. El Alavés tiene en su coqueto estadio y el aliento de su afición, que no dudará en cerrar los comercios antes de tiempo para acudir al campo, una de sus armas.

Casi del doble tiempo de descanso han podido disfrutar los locales desde la anterior jornada, lo que dificulta aún más la tarea. Muñiz presentará un Levante bien distinto al que plantase cara al Betis el lunes durante una hora; y se deshiciese por completo en la otra media. Por lo pronto, tres titulares se quedaron en casa por distintas molestias físicas: Postigo, Jason y Doukouré.