Es igualmente noticia, pero no ya de las buenas como se presumía hasta el minuto 90. El Levante dejó escapar la victoria ante el Espanyol por un nuevo despiste defensivo y acabó por exponer con crudeza su absoluta incapacidad actual para ganar: son tres meses y medio, y 15 jornadas sin hacerlo. Apoyados en varias decisiones arbitrales de Alberoja Rojas, sobre todo el penalti sobre Cabaco marcado por Morales, se habían puesto por fin por delante, como reclamaba Muñiz. El gol de Baptistao desesperaría después a los granotas y recordaría aquel cruel empate a dos del Athletic sobre la bocina que precediese hace dos años al descenso.

Por tres veces hay que hacerse la misma pregunta. ¿Hasta cuándo va a continuar así el Levante? Sin sumar los tres puntos. Sin entrar en zona de descenso. Y con Juan Ramón López Muñiz en el banquillo. Por orden cronológico, la respuesta a la última cuestión podría ser la primera en conocerse.

La destitución del técnico en caso de derrota estaba cantada. En caso de victoria, descartada. Con este resultado, habrá que esperar a ver en qué queda la reunión de urgencia del Consejo aunque todo apunta a la destitución del asturiano. Entre los tres últimos caería el equipo este lunes en caso de triunfo de la UD Las Palmas ante el Celta en Balaídos. Para un triunfo por lo menos habrá que aguardar al próximo sábado en Getafe.

El empate se veía venir en los últimos minutos, sin que el Espanyol tuviera que esforzarse demasiado para ello y con el Levante pendiente del cronómetro. Un remate franco de Duarte a balón parado desperdiciado, más varios centros laterales con peligro, avanzaron lo que sucedió cuando Baptistao, injustificable, fusiló a placer a Oier en el área en un balón colgado al área. De por medias, el Espanyol reclamó manos de Luna (claras) y hasta de Doukouré dentro del área.

El único penalti que pitó Alberola Rojas fue el de Marc Navarro sobre Cabaco, por un ligero agarrón al saque de una falta lateral. La polémica en la acción radica principalmente en que el uruguayo partía de una posición de fuera de juego; el reglamento no termina de dejar claro cuál era la decisión más correcta.

La entrada de Boateng había reactivado, a su manera, un partido que se había quedado congelado en el brutal choque entre Sadiku y Diego López en el tramo final de la primera mitad. Este había enviado a ambos al vestuario antes de tiempo, y cerrado el mejor tramo ofensivo del Levante.

El dominio inicial del Espanyol no había dejado de ser solo eso, dominio. Las mejores ocasiones, con Morales haciendo daño por la derecha, las había tenido Pazzini en un remate despejado por Diego López y otro al lateral de la red después de una falta peinada por Róber Pier.