Como es antes la obligación que la devoción, Paco López desmenuzó el partido del Eibar en video delante de sus pupilos antes de permitir que estos se evadiesen por unas horas en una cena de equipo. La cita, en un céntrico local de València, serviría por la noche para liberar tensión y festejar los triunfos cosechados con el relevo en el banquillo. Fue la primera con el de Silla de técnico, al calor del paro liguero y con su complicidad: la sesión de hoy se trasladaba ex profeso previamente de las 10:30 a las 17 horas para que los jugadores pudieran alargar la velada y no perder horas de descanso.

Se ausentaron únicamente los seis internacionales, por muy partícipes que fueran algunos de ellos (como Lerma o Lukic) de las victorias ante Getafe y Eibar. Por encima de individualidades están el sentimiento y el bien grupal, como se encarga de recordar a la más mínima el nuevo entrenador en sus charlas. Él es el primer interesado en mimar e incluso externalizar el buen ambiente que reina el vestuario. Especialmente después de haber acabado con la mala racha de resultados y haber puesto distancia de por medio con la zona de descenso. El objetivo continúa intacto: sumar 38 puntos lo antes posible.

Paco López, que ya felicitó hace una semana a sus jugadores por cómo habían entrenado, no puso peros para modificar el planning semanal. Su única condición es que el equipo esté centrado y a tope en cada sesión de trabajo. De hecho, ya ha empezado a inculcar matices al equipo de lo que espera dentro de diez días en Montilivi; no quiere esperar al próximo miércoles, cuando los internacionales deberán estar de vuelta y el grupo al completo.

Sobre el césped, el de Silla plantearía varios partidos en campo reducido de baja intensidad. Previamente, y con las imágenes como respaldo, pasó un buen número de cortes de lo bueno y lo malo que había hecho el Levante frente al Eibar. Con Paco, el equipo ha ido modificando tanto el esquema como la manera de afrontar los partidos: líneas más avanzadas, verticalidad y mayor índice de posesión son algunas de las constantes de 'su' Levante, en el que el balón parado continúa dando que hablar. Para bien, por las acciones ofensivas y el gol de Coke en Getafe; y para mal, por el tanto encajado el viernes ante el Eibar.

Queda trabajo táctico por delante. Por ejemplo, a la hora de perfeccionar las vigilancias o las transiciones defensivas, que tantos disgustos han dado a lo largo de la temporada al conjunto granota. Donde este ha evolucionado positivamente desde el relevo en el banquillo (ya sea causa o efecto) es a la hora de saber gestionar los últimos minutos con el marcador a favor: con Paco López son ya 85 minutos en ventaja en dos jornadas, por los 164 con Muñiz en ñlas 27 primeras.