No es una derrota útil, porque ninguna lo es, pero al manos no deja muertos por el camino. El Levante, que ha caído este domingo ante el Atlético, afrontará el trascendental duelo del jueves ante el Málaga en óptimas condiciones: sin lesionados o sancionados de más, a pesar de que había varios apercibidos, y con la sensación de haber dado una imagen correcta en uno de los estadios más complicados de LaLiga Santander y de Europa, el Wanda Metropolitano.

La distancia con el descenso se acorta hasta los cinco puntos después del triunfo del Deportivo, a modo de recordatorio de que la salvación no está amarrada y de que todo depende (obviamente) de lo que hagan los granotas. Estos al menos han competido y han mantenido el tipo contra los colchoneros, a diferencia de lo que sucediese en la primera vuelta en el Ciutat de València.

Para la estadística quedan dos datos. La primera derrota de Paco López en el banquillo granota, después de las tres victorias y el empate anteriores; y el debut en LaLiga Santander del mauritano Aly. El canterano ha sido finalmente el elegido para ocupar el lateral izquierdo, en ausencia de Luna, Toño y Coke, y no ha desentonado. Solo ha roto cuerdas cuando el equipo estaba volcado en ataque y el quiebro endiablado de Correa ha llevado al límite su cintura: el argentino ha acabado asistiendo en esa acción a Fernando Torres para cerrar definitivamente el partido.

Doble cambio al descanso

El técnico de Silla ha alineado a Sadiku y Jason de inicio en lugar de Pazzini y Ivi. Una apuesta que ha revertido casi por completo al descanso, cuando Bardhi y el ex del Sevilla Atlético han entrado por el albanés y el gallego. El cambio ha sido para mejor, aunque no lo suficiente. En el minuto 53, Griezmann se ha sacado un derechazo impropio de un zurdo para hacer el 2-0 y enterrar la polémica por el penalti reclamado antes del descanso.

La calidad es la que ha marcado la diferencia. Los de Simeone han llegado con claridad a portería en media docena de oportunidades y han materializado tres: el primer gol ha sido obra de Correa, gracias a una diagonal de Vitolo y lla posterior finta y golpeo seco del argentino, para desgracia de Oier y sus compañeros. El Levante ha pisado con cierta asiduidad el área defendida por Oblak, a través de las galopadas de Morales y los desmarques de Roger, y prácticamente no les ha dado ni para encontrar los tres palos.

Media hora desaprovechada

Durante casi media hora, entre la imparable volea de Griezmann que ha supuesto el 2-0 y el 3-0 final, el Levante ha tenido el control del juego y ha dado la sensación de estar en situación de sacar algo positivo de tan compleja salida. Un gol hubiera acortado diferencias y puesto en un brete al Atlético, que se ha dedicado a gestionar esfuerzos y salir selectivamente por velocidad en busca de la sentencia.

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