No son pocas las voces expertas que sitúan al Plan Prever valenciano como el instigador del Plan 2000E: Mientras que Navarra, precursora nacional de este tipo de ayudas, no era un rival para el Gobierno Central, el anuncio por parte del Consell valenciano de su propia política de ayudas al automóvil sí podía suponer -por su rivalidad política y peso específico- un problema para el ejecutivo central si esta ayuda se materializaba en una notable mejora en las ventas de automóviles.

También hay quien dice que fue al contrario, y lo cierto es que viendo la precipitada gestión de ambos ejecutivos y las importantes lagunas existentes en cada plan, no es posible saber que fue antes, si el huevo o la gallina.

Lo único que se sabe a ciencia cierta hasta el momento es que los valencianos cuentan con una ayuda superior a la de la mayoría de españoles, gracias a la disposición de su propio Plan Prever, en el cual el Consell pone de su parte 1.000 euros, en contra de los 500 del resto de autonomías acogidas al Plan 2.000E, por lo que el beneficio final en esta autonomía será de 2.500 euros en la compra de un vehículo nuevo, eso sí, siempre y cuando se cumplan una serie de condiciones que en el algunos casos varían con respecto a las del Ministerio de Industria.

Por ejemplo, la medida empezó a aplicarse el 8 de mayo, en vez del 18, por lo que se beneficiarán de la ayuda valenciana todos los vehículos comprados desde esta fecha.

En cuanto a las condiciones de compra, tan sólo cambia que tanto en coche nuevo como en usado ha de ofrecerse a cambio el achatarramiento de un vehículo con una antigüedad mínima de 10 años, no como en el Plan estatal en el que hay que dar de baja definitiva un coche con un mínimo de 12 años para la compra de un vehículo de segunda mano.

Si bien, estas dos medidas juegan a favor del usuario, una clausula que dicta que se deberá mantener la propiedad y el uso del vehículo objeto de la subvención por un período de 3 años, es un punto, a priori, negativo para el comprador.

Otro inconveniente de contar con un Plan Prever propio, aunque en este caso no afecta al usuario, es que de momento no se han concretado importantes bases de gestión y pago de las autoridades a los concesionarios, creando un clima de desconcierto y temor entre estos últimos, quienes actualmente deben hacerse cargo de parte del desembolso de las ayudas al cliente.