En coche, con lunas tintadas, llegaba Cristiano Ronaldo a su cita con la justicia. Doscientos periodistas, veintisiete medios extranjeros pendientes de su entrada y sobre todo de su salida, donde se esperaba verle y oírle. “El jugador ha declarado y ya está camino de su casa”, declaraba el portavoz del jugador, Iñaqui Torres. Cambio de planes de última hora después de un interrogatorio de hora y media algo tenso y del que Ronaldo no ha salido muy contento.