María Bernabéu es la última gran esperanza del judo español, y valenciano, en los JJOO de Río. Esta yudoca, de padre alicantino y madre guineana, cierra la participación del quinteto español en Brasil, una actuación más discreta de lo previsto, pues solo Laura Gómez pudo pasar a segunda ronda, mientras que cayeron en su estreno tanto el marido de la valenciana, Sugoi UriarteLaura GómezSugoi Uriarte, como su compañera del Valencia Club de Judo, la cordobesa Julia Figueroa, y el madrileño Fran Garrigós.

Subcampeona del mundo hace un año en Kazajistán en la categoría de -70 kg, María Bernabéu, partirá hoy en octavos de final con la esperanza de asaltar las semifinales y poder garantizarse un metal que se resiste para el judo nacional desde que la también alicanina Isabel Fernández se colgó el último oro en Sydney 2000. Dieciséis años después, y cuatro Juegos Olímpicos más tarde, María Bernabéu llega dispuesta a unirse al selecto grupo de yudocas valencianas que vieron la gloria olímpica, desde Miriam Blasco a Isabel Fernández pasando por Almudeña Muñoz. Las tres conocieron el oro, sumando además esta última un bronce en Atlanta 1996. Ernesto Pérez Lobo y Yolanda Soler completan el quinteto de medallistas españoles en esta especialidad. Su objetivo no es otro que la final que se disputaría a las 21:30 horas.

María Bernabéu se ha visto reforzada en los últimos años por los resultados, sobre todo desde el Mundial de Astana donde perdió la final proclamándose sin embargo subcampeona. En el anterior finalizó decimoséptima. Un éxito que le garantizó una clasificación olímpica que le ha permitido entrenar y competir sin apenas presiones. Enel Europeo de Kazán firmó fue séptima, tan solo dos puestos por debajo de su techo en competición continental, cuando fue quinta en Montpellier 2014.

María Bernabéu, séptima en el ránking de su categoría, reconoció tras sus primeros días en Río que sus sensaciones «son buenas» y adelantó que afrontará su debut en la cita olímpica «psicológicamente preparada». «He hecho todo por llegar aquí al máximo nivel», dijo muy tranquila porque en Río de Janeiro se enfrenta «con las mismas competidoras» que en el circuito. «Lo importante es que me encuentro bien, estoy contenta, a gusto y disfrutando. Eso es una buena señal en mí», concluyó la yudoca de origen salmantino pero afincada en Alicante aunque compite con licencia gallega. A ella se encomienda el judo español para romper la sequía que perdura desde hace dieciséis años en un deporte que asomó la cabeza en Barcelona’92.