Se hizo muy largo hasta que la organización decidió aplazar la jornada

Ayer fue uno de esos días que se te hacen eternos. Cuando estás a estas alturas de competición y más en unos Juegos Olímpicos, la tensión y los nervios son habituales, por lo que la preparación mental es vital para poder sobrellevarlo.

Que llueva es algo imprevisible y es comprensible que los partidos se suspendan, el único problema es la espera. Se hizo eterna. Estábamos en el club haciendo tiempo e intentado llevarlo de la mejor forma posible, pero se podían haber hecho mejor las cosas, ya que el cielo no daba muestras de despejarse y las previsiones apuntaban a que no iba a dejar de llover, por lo que, pienso que podrían haber tomado antes la decisión de suspender la jornada.

Pero bueno, ayer ya es pasado. Ahora toca volver a concentrarse en el partido de hoy ante Muller, que como ya he contado, es un jugador al que le tengo mucho respeto, ya que es un buen sacador y puede sorprenderte en cualquier momento, espero estar a la altura y alargar mi presencia en estos Juegos.