Obligados a protestar hasta en vacaciones
El Valencia duele por el legado que Meriton dejará a los más jóvenes en el futuro. Pienso en mi hijo...
El Valencia duele por el legado que Meriton dejará a los más jóvenes en el futuro. Pienso en mi hijo. Pero también rompe el alma por todos aquellos que se dejaron la vida por el club en el pasado.
Y pienso en Don Vicente Peris. Lim y Anil han tocado fondo con su ‘gestión’. El bochorno cada día que pasa es mayor. El Valencia necesita por supervivencia que pasen cosas en la reunión de Singapur. El club necesita cambios.
Y si no son en la propiedad, tendrán que ser en la presidencia o en la dirección deportiva. El continuismo será sinónimo de drama. Nadie entiende que el club esté parado cuando debería ser el que más rápido se moviera en el mercado.
Pero aquí no hay prisas. Por no haber no hay ni entrenador. Ni capitanes. Ni proyecto. No hay nada. Solo una afición que sabe que el Valencia está tan enfermo que necesita que las fiestas de sector del verano se conviertan en manifestaciones contra Meriton. La afición sabe que no puede dejar de protestar. Ni en vacaciones.
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