Rutas de verano

Las vacaciones permiten disfrutar de correr descubriendo nuevos paisajes y sin prisas

Uno de los placeres de las vacaciones es madrugar para disfrutar de una buena ruta

Uno de los placeres de las vacaciones es madrugar para disfrutar de una buena ruta / SD

Pilar Lopez

Pilar Lopez

Por fin ha llegado el mes de julio.  Ha llegado ya el verano, los entrenamientos anárquicos y sin objetivo dejándonos llevar por el día, por las sensaciones. Sin desgastarse mucho, que ya en septiembre habrá que apretar los dientes de cara a los importantes objetivos de otoño. Con el verano vuelven las carreras de los pueblos con ese inconfundible sabor a fiesta. Y vuelve también el turismo con las zapatillas siempre en la maleta. Ningún runner que se precie deja escapar la oportunidad de visitar nuevas zonas a golpe de zancada y de dibujar nuevas rutas que quedarán grabadas en nuestras cuentas de garmin o de strava, como el mejor de los recuerdos, dando color y brillo a las repetitivas rutas que todos hacemos a diario cuando la rutina no deja otra alternativa.

Vuelve el verano y con él esos entrenamientos en grupo descubriendo nuevas sendas o recorriendo y redescubriendo las ya conocidas. Esos madrugones los fines de semana o en plenas vacaciones para correr sintiendo el fresquito mañanero que tan bien sabe. Volver a disfrutar de esos kilómetros que pasan sin darte cuenta amenizados por la charla, por la buena compañía, por las historias, las anécdotas, por la ausencia de la prisa. Vuelven las rutas buscando un aliciente extra, una idea aparentemente alocada a la que todo el grupo se suma con entusiasmo: subir un pico, alcanzar un punto geodésico, investigar adónde va a parar aquella senda, bañarse en tal o cual poza y continuar luego la ruta o seguir el rastro de las fuentes en las que refrescarse o el curso de un río.

Y, por supuesto, vuelven esos interminables almuerzos que casi se juntan con el aperitivo en la plaza del pueblo, en mi caso a la sombra del mítico Olmo de Navajas. El verano es el momento de reencontrarse con gente a la que durante el resto del año apenas puedes ver. El momento de volver a compartir kilómetros, de hacer ‘escapadas’ con alguna carrera como excusa.

Este verano por fin, vuelve la normalidad al calendario, muchos pueblos recuperan las clásicas carreras de verano que en muchos casos forman parte destacada de sus actos lúdico-festivos veraniegos. Ahora sólo falta que la gente también recupere la alegría de participar, que deje atrás el individualismo y vuelva a disfrutar del sabor especial que tienen esas carreras modestas pero organizadas con todo el cariño y en las que todo un pueblo se vuelca. 

El verano es el momento de alejarse de la ciudad, de cambiar de escenario, de correr por nuevas rutas, de olvidarse del asfalto de la ciudad y pisar tierra. Por ello, València, la Ciudad del Running descansa hasta septiembre. Con el Circuito de Carreras de la Ciudad de València cumpliendo con su tradicional descanso veraniego, piden paso otras muchas carreras. Los pueblos reivindican su hegemonía por unas semanas arrebatando el protagonismo a las grandes urbes. Las vacaciones son para descansar pero no hay descanso que sepa mejor que el que llega después de una buena salida en buena compañía

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