Más difícil todavía

El Valencia CF arranca este martes una temporada que lo tiene todo para ser una de las más complicadas de la historia y además a todos los niveles. Lim ha vuelto con Layhoon sobre sus pasos para sacar al club del agujero deportivo, económico y social en el que lo tiene metido.

Con la expresidenta al mando, de momento Meriton ha conseguido reabrir la puertas de las instituciones. Y al menos se vislumbra una solución para el estadio una vez que ya nadie discute que la ATE va a pasar a la historia. No es para tirar cohetes ni para fiarse pero por primera vez hay un camino y los pasos se están dando desde València en lugar de Singapur. A falta de desatar definitivamente el nudo gordiano con el Ayuntamiento, la reanudación de las obras sin pasar por el juzgado se presume como el punto de inflexión para cambiar de pantalla, aunque son muchas las cosas que todavía hay en juego, incluida la realidad accionarial o una posible venta.

El futuro económico se mantiene en el aire y precisamente por eso lo está también el deportivo. Gattuso es y va a continuar siendo durante un tiempo la única cara nueva de un proyecto en el que el único movimiento ha sido la compra de Duro. La presencia de hasta diez canteranos, encima sin haber traspasado a nadie, habla por sí sola de la titánica empresa a la que se enfrenta el entrenador italiano, consciente a estas alturas de la realidad de un club que en este momento recae entero sobre sus hombros. A Rino, desde luego, hay que volver a desearle suerte y que lleve lo mejor que pueda esta situación que tiene pinta de que va a alargarse.

El mercado no arranca y tan cierto es que Guedes y Soler están citados para las pruebas médicas como que se irán en unos días, ya se verá si para volver. Ambos continúan siendo las dos grandes opciones con las que hacer caja y solucionar tanto los problemas con el fair-play como el riesgo de insolvencia que no evitan los millones del crédito de CVC.

Excedente

También son varios los futbolistas del Levante que aún salen en las fotos pero que tienen los días contados tanto porque hay que venderlos como porque su tiempo acabó.

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