Superdeporte

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Toni Hernández

La venta del Valencia y acabar el ‘Nou Mestalla’ van de la mano

Un club con el motor económico del nuevo estadio es sangre en vena para empezar de cero

Imagen de la presentación del enésimo proyecto para acabar el Nou Mestalla Francisco Calabuig

Que Peter Lim venda el Valencia y que se terminen las obras del ‘Nou Mestalla’ son cosas que están más que relacionadas. Podemos querer verlo o no, eso ya es cuestión de cada cual, pero, si a todo esto no le damos cierta distancia y un poso de reflexión, que no lo hacemos, está claro que nos va a costar mucho más. Los problemas que tiene el club no se arreglan con sentimiento, que, aunque sea lo que lo mantiene vivo, no es lo que le da viabilidad. Tener ataques de dignidad porque no nos gusta escuchar esto está muy bien, pero no deja de ser verdad; una verdad de las que incomodan.

Si la mercantil llamada Valencia Club de Fútbol, Sociedad Anónima Deportiva, de la que Meriton Holdings tiene más del 90% de las acciones, no tiene el valor que espera obtener por su venta el máximo accionista, simplemente no se venderá. Seguiremos caminando por la mediocridad siendo un poco más pequeños cada vez, y vagando por las competiciones conformándonos con no sufrir por mantener la categoría. No es algo difícil de entender porque, de alguna forma, es lo que llevamos haciendo tres años. Y − ojalá tenga que comerme estas palabras− esta temporada tiene toda la pinta de no ser muy diferente.

Un nuevo convenio, que era algo cantado, es buena solución para todos. Las posturas han sido extremas durante meses porque nadie iba a ceder. Los políticos estaban metidos en su papel, revolcándose en un nicho perfecto para buscar votos −pero el cual tiene fecha de caducidad−. El Valencia, por su parte, amagando con judicializarlo todo, que podían; pero sabían que luego eso sería un problema añadido de cara a una futura venta. Al final, sentido común: cambios sobre un plan trazado hace más de 15 años, en un contexto que ya no existe. Y es que TODOS necesitan que el proyecto fluya. Meriton para poner en valor la mercantil y los políticos porque el 2023 ya queda cerca. Sin palleters, win-win. Tengo claro que a los salvapatrias no les viene bien un ‘arreglo’ entre el Valencia y las instituciones. Sigo teniendo esa molesta sensación de que para ellos es bueno el conflicto, la tensión, el ‘salseo’, que les conviene para poder seguir teniendo cierto foco.

Sería más que bueno no olvidar que lo único que cuenta aquí es el bien del club, que pueda cumplir con sus compromisos, y que en un futuro a corto plazo −porque el medio ya no nos vale− se esté jugando ya en el ‘Nou Mestalla’ y se pueda vender el actual, porque con esa deuda se tiene que terminar más pronto que tarde. Todo eso hará que la mercantil valga lo que Lim quiere por ella, y será bueno para nosotros, los aficionados. Un club con un motor económico como el futuro campo, más quitarnos la losa de las hipotecas de CaixaBank −las antiguas de Bankia− es sangre en vena para las arcas del Valencia, y, de alguna manera, una oportunidad para volver a empezar; sino de cero, de un lugar que se le parece bastante.

Mientras todo eso pasa, podemos seguir con esta guerra miserable que llevamos entre todos. Insultándonos unos a otros, faltándonos al respeto, menospreciando al que piensa distinto y riéndonos del que no actúa como nosotros. El entorno del Valencia, en algunos aspectos, da una mezcla de asco y miedo. Y yo formo parte de él, no me aparto.

Estas actitudes vienen de maravilla a Lim, ya que, así, sigue en el mismo sitio sin tener que hacer demasiados esfuerzos, y sin que nos demos cuenta. La fuerza de este club, la verdadera fuerza, no es nadie más que el conjunto de los 31.000 abonados renovados y los varios miles que están dándose de alta. Y las decenas de miles que querrían y por diversas causas no pueden. No hay más. Y si alguno se enfada, pues mira, que se desenfade, que ya está bien.

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