Salió el Barça de su letargo justo cuando hacía falta. En un partido complicado, frente al líder de la liga italiana, que podía suponer su despedida del torneo que defiende, volvió a enseñarnos cómo juegan al fútbol los superdotados. Lo hizo, además, sin sus dos delanteros más brillantes y más generosamente retribuidos. Con siete españoles, criados en la casa, en el once titular y sin tirar una mala patada, perder un solo minuto aun con el resultado a favor, ni sembrar duda alguna sobre la justicia del resultado. Un orgullo para cualquier español y toda una premonición para lo que nos espera en Sudáfrica.

Responde cuando los errores se pagan

La parroquia culé respira tranquila. No es que hubiera dudas. En Barcelona existe el convencimiento de que el equipo se está reservando para cuando, como contra el Inter, los errores no se pueden enmendar. Pero los vaticinios de algún profeta decretando el fin del reinado barcelonista habían arqueado ya alguna ceja. Llegado el momento de la verdad, los chicos de Guardiola respondieron. Xavi volvió de las pequeñas vacaciones que se ha tomado estos meses —¿acaso se reserva para el Mundial?—, Iniesta se movió a su antojo sembrando el terror en todo el frente defensivo italiano y Busquets se doctoró como auténtico crack en un recital de corte y entrega del balón al primer toque. Sólo Henry, el volátil Titi, fue capaz en una noche así de suscitar el murmullo de desaprobación con el que el Camp Nou castiga a los que no están a la altura. Nada nuevo bajo el sol: al francés ya se le da por perdido.

Un entrenador solo no cambia a un equipo

El Inter fue un equipo evanescente, sin dibujo táctico, sin despliegue físico ni un ápice de orgullo. Por no tener, ni siquiera dispone del pincel marrullero que caracteriza a los campeones italianos de toda la vida. Algo difícil si no tienes un solo jugador italiano en tus filas. Resulta asombroso que estemos hablando del mejor equipo de Italia. Todo un aviso, en todo caso, para quienes consideran que un entrenador por sí solo es capaz de cambiar la trayectoria vital de un equipo.

El recambio de Busquets en la Roja, de la casa

Y si ya tenemos en Busquets el mediocentro defensivo de absoluta garantía que España necesitará en el Mundial, ¿quién debe ser su reemplazo? Alonso ha demostrado por activa y por pasiva que no pega con Xavi y ha tenido siempre un rendimiento sospechoso con la Roja, entre otras cosas porque no es un jugador de corte defensivo, ni le alcanza para compararse a Xavi en lo demás. Marcos Senna lleva prácticamente un año en blanco. A uno y otro lado de Despeñaperros harán campaña para que juegue ahí alguien del Sevilla, otro Capel, quizás un Jesús Navas. Yo, sin embargo, también apuesto abiertamente por la vuelta de Albelda.