España ha cosechado una batería casi unánime de halagos por parte de la crítica tras imponerse a Argentina. Suenan a exagerados. En su haber, la capacidad que tiene para sobreponerse a fatalidades que en otros tiempos la condenaban sin remisión. El sábado, en la forma de imperdonable error de Raúl Albiol que desembocó en penalti y gol de Messi. En su debe, sin embargo, que el fallo del defensa del Real Madrid —varios como ése, entre otras cosas, condenaron al Valencia el año pasado a quedar fuera de Champions— no fue fruto del azar. España perdió, tras la salida del campo de Puyol, la tranquilidad en defensa y el nerviosismo de la zaga acabó trasladándose al equipo entero. Si en la primera parte España desplegó parte de su mejor repertorio, en la reanudación caminó por el alambre hasta el punto que el partido podría haberse decantado hacia el otro lado si Di María no hubiese regalado un mano a mano con Casillas que parecía gol cantado.

Villa sin Torres

Si muchos echamos de menos en el equipo a Fernando Torres, nadie tanto como David Villa. Es él quien mejor aprovecha la capacidad del ´Niño´ para fijar a los centrales y abrir pasillos de penetración a sus compañeros. Escorado a la izquierda, tal vez buscando la asociación con Iniesta, Villa encaró a Coloccini y Demichelis con la determinación de un jabato, pero no logró la participación que la presencia de Torres suele asegurarle. Otra más de las curiosas sendas por las que transcurre el fútbol.

Gago no es Xavi

A Argentina, por su lado, le sobró pierna y pareció faltarle Xavi. Después de verlos en el Calderón, uno entiende mejor el mensaje de Maradona suspirando por el mediocentro del Barça. De Xavi jugó Gago, pero no es lo mismo. Eso sí, a buen seguro será una de esas selecciones a las que habrá que sacar del Mundial poniéndose los guantes de pelea. Los de entrenamiento no tumban a un solo argentino.

Mejor que Navas

Para el final, la esperanzadora aparición en el choque de Juan Mata. Si Jesús Navas, aunque muchos lo vean de otro modo, pasó inadvertido en su debut, a Mata se le vio, acaso por vez primera, dueño de la situación y del ritmo. Cuando más lo necesitaba el equipo supo tirar de repertorio y crear superioridad en la zona donde se estaba decidiendo el partido. Cada vez se acerca más al nivel de los grandes.