Ya desempolvamos la impedimenta de las ligas ganadas. Ya preparamos el palimpsesto de nuestros éxitos y avizoramos el muro de nuestras frustraciones. Átense los machos que viene el Real Madrid. Hoy diríase que huele a victoria en Mestalla, pero antes habrá que ganar. El clima es propicio, quizás demasiado. Como aquella tarde nefasta en el Stade du France. Saint Dennis encarnó el castigo al exceso de confianza y nos enseña que el único salvoconducto hacia el éxito es el partido perfecto que Unai sueña. Vienen sin Kaká y sin Cristiano, que se han convertido en deidad. Nosotros no tenemos a Silva, así que casi empate. Y la brunete blanca a callar.

Razones de la antipatía

Sesudos ponentes invierten estos días todas sus neuronas en identificar las razones últimas del rechazo que provoca el Real Madrid entre la grey valencianista. Influye el carácter macarra y pendenciero de algunas de las estrellas merengues. O la soberbia de sus ejecutivos. También la historia reciente, repleta de agravios cuanto más exitosa era la trayectoria del VCF. Pero hay dos elementos que hacen el resto. Los dirigentes blancos, cuanta mala sombra atesoran, y los palmeros mediáticos. Algunos de los predicadores blancos, guárdame la cría, llevan años sin contar una verdad. Su forma de hacer periodismo se parece tanto al de verdad como la música a la música militar.

Formas de ganar

Hablando de fútbol, Manuel Llorente hizo bien cortocircuitando el traspaso de Villa, todo y la presión del inefable Florentino. En su lugar el VCF vendió a Albiol, el ´Chori´ de Vilamarxant. Jamás un delantero hizo el viaje desde Mestalla a Chamartín. Sólo vendemos defensas. Juan Cruz Sol y Tendillo abrieron la tradición. La costumbre siguió con Albiol. En un momento dado podrían llevarse a Dealbert o Navarro, pagando bien. Albiol y Pepe son dos de las claves para maniatar al equipo de Pellegrini. El primero no tiene salida con el balón jugado, aunque el Bernabéu crea que sí. La rifa. Si Villa y quien le acompañe presionan bien, ya vamos por delante.

Laterales y medios

Las bandas del Madrid no tienen quien les escriba. Aprovechémoslas. Ramos en la derecha se despista pero el filón está en la izquierda. Marcelo es un caos defensivo, aunque asusta su anarquía. Y Arbeloa no llega. Exceso de faena. Si Pablo está bien, los puede reventar. Luego Alonso y Diarra son muy buenos pero sólo el primero tiene salida con la pelota. Si Albelda tapona bien hará dos cosas: anegar el juego blanco y hacerse visible para Del Bosque. El seleccionador estará en el palco y tomará nota. Finalmente, como Villa tenga su noche, podremos irnos de copas a celebrarlo con la bufanda. Eso, claro, si todas estas teorías no se tuercen, el árbitro no hace méritos para alistarse a la Casa Blanca o a Raúl no le visita Don Santiago.