Es un síntoma de normalidad que Manuel Llorente, Braulio Vázquez y Unai Emery mantengan conversaciones periódicas, como la de ayer. Pasa en cualquier empresa solvente; los máximos ejecutivos incluso tienen día y hora señalada cada semana para incrementar la cuenta de resultados. Los mejores beneficios para el Valencia son sus puntos, y por ahí no hay queja posible. También hay que repasar cómo se han integrado los nuevos, y tampoco hay alarma en ese sentido. Luego saber cómo está el resto de la plantilla, y mayoritariamente todo va bien. Igual hay alguno que todavía no sabe si va o viene, pero eso es normal en un grupo de veinticinco. Habrá que avisarlo para que enmiende su actitud, porque lo que menos necesita el equipo ahora son ovejas descarriadas, aunque esas son las más fáciles de reconducir, incluso en sentido bíblico. Que el presidente, secretario técnico y entrenador comenten jugadas, dibujos y tácticas es lo mejor que nos puede pasar. Si encima hay consenso como ahora, perfecto.

Soldado-Aduriz

Dos conclusiones rápidas del duelo ante el Atlético. La primera es que hay que sudar mucho para sacar puntos. Que nadie espere ganar sin bajar del autobús, por muy pequeño que sea el rival o por muchas ganas de revancha que existan. El trabajo físico en cada encuentro va a resultar esencial, así como la necesidad de mantener juntas todas las líneas. Y ahí está la segunda reflexión. La entrada de Soldado para formar pareja de ataque con Aduriz fue el revulsivo para empatar a los de Quique. Lo que nos obliga a pensar que si el Valencia jugara con dos puntas, precisamente con esos dos delanteros que tienen mucha hambre, igual no sufriríamos tanto. A veces hay una cierta tendencia a poner difíciles las cosas fáciles.

Peligro

Detesto el victimismo arbitral. Los principales culpables de que el nivel de los colegiados sea tan bajo es de los clubes, de todos. Hasta que no planten cara al Villarato, y eso es poco probable, la solución es inexistente. Pero la actuación primero de Ramírez Domíngez y después la de Iturralde González hacen urgente una intervención por las alturas antes que sea tarde.