L a Copa e mobile´. El trofeo pasa de la orfandad a la multiplicidad de padrinos. Hoy la venera quien antes la despreciaba. Por eso, y no de forma casual, la galaxia culé presionó al estamento arbitral antes de la eliminatoria Valencia-Barça. No necesitan hacerlo en los garajes. España es un país dual. A caballo de dos grandes culturas futbolísticas. La merengue y la blaugrana. El juego político también bascula sobre esas dos realidades. El caso es que a la justicia no le gusta ofender al poder. Y por eso nos envían árbitros de sobaquillo. Si se pretende otra final entre catalanes y vascos para montarla con el himno de nuevo, haber empezado por ahí.

El árbitro no es excusa

Estos son los hechos y el resto de la historia ya la conocemos. Y no obstante escudarse en lamentable juicio axilar de Glez&Glez para justificar el desperanzador empate suena a excusa de mal pagador. Porque, efectivamente, el VCF derrochó energías y plantó cara. Se desfondó físicamente, tuvo en Alves a su salvador, blindó conexiones, planteó buenos lances defensivos, electrificó el ataque y no lo hizo mal.

Pero, ay las pájaras

Sin embargo la incorporación del VCF al coro de plañideras por los errores arbirtrales chirría porque el equipo sigue siendo víctima de los errores propios. La tómbola de las jugadas a balón parado condena cualquier atisbo de buen juego y sacrificio. De que la defensa encarne los mejores valores de l´exposició del ninot no tiene culpa el tirilla. Víctor Ruiz ha experimentado una trayectoria descendiente que le hace digno de la grada. Pero ¿quien lo sustituye? ¿Dealbert? ¿Costa? Lo de Rami ya es otro cantar. Requiere otro tipo de tutelajes.

Saben hacerlo

Dicho esto, no está todo perdido. El Barça salió vivo de Mestalla por los bemoles de Puyol, la ayudita de Glez&Glez y la pájara de Alves-Ruiz en el empate. Pero el VCF tiene la fórmula. La practicó durante 30 minutos de la primera parte. Consiste en anular las ayudas internas de los barcelonistas, restar posesión al equipo de Guardiola, evitar la pausa que practican como los ángeles y mantener el orden y la tensión los 90 minutos.

Se busca un Simeone

Y deseándole larga vida a Emery, servidor ve con admiración el ejemplo viviente del equipo que hoy se enfrenta al VCF. Andaba el Atlético penando con Manzano, que buscaba el modelo del Arsenal allá por el Manzanares. Le dieron pasaporte para traer a Diego Simeone y este tipo ha cambiado a su equipo. El club colchonero, por encima del tópico, es un estado de ánimo. Ha convertido un buen grupo de futbolistas en un comando canchero, con menos posesión, más faltas, menos goleado. Tiene prohibida, bajo pena capital, la relajación que propicia goles a balón parado en el descuento.

Cañete, Carboni...

Me parece interesante la figura del ´Cholo´. Seguramente es una herramienta del momento. Obedece al principio keynesiano de que si cambian las circunstancias, se cambia de opinión. Pero funciona. La pregunta es: ¿quien es nuestro ´Cholo´ Simeone? Resulta paradójica la inexistencia de referentes similares para el valencianismo. Alguien con la autoridad suficiente para insuflar de forma automática sobre los jugadores el virus de la intensidad y la presión.Y el temor. Se aproximan los perfiles de Cañizares, Carboni, Piojo... Referencias sentimentales pero sin título de entrenador ni experiencia contrastada. Emery está obligado hoy a mirar al ´Cholo´ a los ojos. Y aguantarle la mirada. Pero, háblale a Noé de la lluvia...