La victoria de Soro III en la final del Individual vino a corroborar que el título estaba en buenas manos después que el año pasado lo conquistara ante Santi. Pero hacía falta que el de Massamagrell pasara la reválida de conseguirlo ante Álvaro. Y a ello se aplicó Quico de forma brillante, porque también le venía bien el triunfo para acallar algunas bocas que el año pasado pusieron en entredicho su éxito en este torneo.

El campeón cumplió con el guión y desde el principio se mostró contundente como un vendaval desplegando un juego que solamente está al alcance de las mejores figuras. No obstante, Álvaro aprovechó los instantes de relajación de Quico, jugó más tranquilo y ganó tres juegos que pudieron generar un atisbo de intranquilidad en Soro. Pero nada de eso le sirvió a Álvaro ante un rival que remató su faena a tiempo de que el marcador pudiera generarle nerviosismo.

Al final, resultó emotivo el momento del abrazo a los tres hermanos Soro, su padre y tíos, miembros de una saga de gran prestigio. Y, por supuesto, cuando recordó ante los micrófonos la figura de su abuelo, el Tio Pena, fundador del trinquet de Massamagrell.

Y en cuanto a Álvaro, pese a la derrota, no puede estar descontento porque, globalmente, su trayectoria en el torneo del mano a mano difícilmente será mejorada por otro, ya que ganar la friolera de once finales de las catorce disputadas es algo que sólo pueden conseguir los elegidos. Pero, sin duda, una nueva era ha comenzado en la pilota valenciana.